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LaMima

Una de libros

Libros de verano

Libros de verano

Una de las cosas que más me gusta de los días previos a irme de vacaciones es elegir los libros que me voy a llevar.

Confío siempre en encontrar algún buen rato de sosiego y sin interrupciones para zambullirme en ellos con la tranquilidad que me falta a lo largo del año así que la selección ha de ser cuidadosa: no se puede malgastar el tiempo.

Me siento en el suelo frente a "mis" estanterías del salón y repaso los lomos inmaculados de mi lectura pendiente: soy lo más parecido a una cría indecisa ante un escaparate de golosinas. 

Por un lado tengo reservado desde hace unos meses CHIQUITA, la novela de Antonio Orlando Rodríguez que ha ganado la XI edición del Premio Alfaguara de Novela. La razón es obvia: está basada en la vida de una artista cubana (Espiridiona Cenda) que no superaba los 65 cm. de altura (aunque no padecía acondroplasia) y me interesa saber en que tono está planteada su historia.

También danza por ahí LA GRIETA de Doris Lessing, o SAUCE CIEGO, MUJER DORMIDA de Murakami (este seguro que me lo llevo.  Se trata de una recopilación de cuentos así que es de los que se pueden leer a saltos y me tiene intrigada)...variada la cosa.

Una novedad este año es que quiero llevarme conmigo algo de poesía. Si consigo hacerme con él, quisiera leerme CINCO DIAS EN AGOSTO de Carmen Ruiz y algo de Antonio Pérez Morte, o de nuestra Anita Muñoz. Lo intentaré..

Como veis tengo mucho trabajo retrasado, supongo que no llegaré a todo pero el simple hecho de planearlo ya es un placer. De veras.

(Dejo aquí la foto de un rincón de Villanovilla, un pequeño pueblo de la Garcipollera, que me dejó enamorada. Pensar en disfrutar de un lugar así con un buen libro es todo un sueño).

Ayer, con Fernando

Cuanto me está gustando esto de ir a las presentaciones de libros de amigos....no sabía yo que la cosa funcionaba así.

Me estrené con mi querida Inde, cuando presentó su segunda edición de Jánovas, un pantano de papel un libro y una cercanía al autor que dio un tinte especial a aquella fria tarde de diciembre en la Cálamo.

Más tarde fue Victor Juan y la puesta de largo de Por escribir sus nombres; aquel día supe definitivamente que uno puede hacer de un acto así lo que entienda necesario fuera de formalismos y rigideces. Ya dije aquí en su momento que, si algún día escribo un libro, me gustaría contar con la ayuda de buenos amigos que le abran la puerta con el cariño y humor que ví en aquel salón.

Y eso mismo fue lo que vivimos ayer quienes acudimos a la FNAC a acompañar a Fernando Sarría en la presentación de su primer poemario: El error de las Hormigas.

Sonrisas, saludos sentidos, complicidades (junto a Fernando, en el centro, se encontraba su amigo Manuel Vilas a la izquierda de la foto y en el otro lado "su" editor: Nacho Escuín) y como guinda un poco de poesía a cargo del autor con una suave música y un montaje fotográfico precioso que Luisa había preparado para la ocasión. Por allí andaba Jose Antonio Melendo con su cámara así que pronto podreis verlo.

Disfruté de veras. Me sentí en familia, aunque había gente a la que no había visto nunca (¡eh!, al fin conocí en persona a nuestra Ana-Manzana. El que se me escapó, en el más auténtico sentido de la palabra, fue Javier, no sé....).

Bueno, lo importante es que Luisa y Fernando me hacen sentirme entre amigos. Siempre. Y se lo agradezco un montón.

Anoche me acosté con "las hormigas" de Fernando. Paseé página a página sobre el campo del deseo, de la espera y del desamor (o "desdeseo"). Me gustó mucho, lo disfruté de veras.

Ahora descansa en mi mesilla. Hoy, antes de acostarme, le daré otra vuelta.

 

Me llamas y voy.

Así hace el relámpago a la lluvia,

y gira alrededor de su luz.

"El error de las hormigas". Fernando Sarría.

ACTUALIZACION: Por fin hay fotos del evento por ahí, así que me permito "robarlas" para esta entrada. Gracias Luisa.

 

El error de las hormigas

El error de las hormigas

Después de las bilis del post anterior lo mejor es mirar hacia delante; buscar salida a una semana que se está complicando un poco (ayer mis hijos me hicieron unas confesiones que he de digerir y acabo de enterarme de que ha muerto Sidney Pollack) .

Afortunadamente esta sí va a ser LA SEMANA para nuestro Fernando Sarría y para los que le queremos.

El próximo jueves, 29 de mayo, a las 20 horas, en la Sala Fórum de la FNAC de Zaragoza, tendrá lugar la presentación de su libro de poemas "El error de las hormigas", publicado por la editorial Eclipsados y, si todo va como debe, allí nos veremos.

La mano que mece la pluma

La mano que mece la pluma

Dentro de un rato arrancamos hacia el pirineo, de mini-fin-de-semana.

No suele importarme que vaya a hacer mal tiempo. Cuando es así aprovecho para leer o escribir un poco y observar  la montaña desde mi ventana, me gusta y me recarga, pero hoy tengo un importante plan.

Esta tarde, en Jaca y dentro del 2º ENCUENTRO DE MUJERES DE ESCRITORES, LA MANO QUE MECE LA PLUMA se espera la participación de Jose Luis Sampedro en una mesa redonda que lleva por título: "ESCRITURA Y VIDA. La prosa cotidiana. Hogar e intimidad".

Huelga decir que allí espero estar como un clavo: con mi ejemplar de La Ciencia y La Vida bajo el brazo dispuesta a escucharlo y, si es posible, a hacer el ridículo como si fuese una adolescente para estar a su lado, verlo de cerca y....bueno, intentar que me lo firme.

Tengo que tener suerte: estos días todo parece llevarme a él. El domingo por la noche, o el lunes, os cuento.

Cuentos de chicos

Como quiera que en el post anterior todos habéis tenido a bien añadir a vuestras lecturas las que os vienen de rebote desde vuestros hijos, os voy a presentar los cuentos del momento en mi casa.

Por un lado cada martes aterriza por aquí un librito procedente de la “biblioteca” que este trimestre se ha puesto en marcha en la clase de Ainhoa.

La idea es chula: cada semana traen un cuento a casa que hemos de leerles (repetidas veces, claro) para luego intentar que hagan un dibujo alusivo a la historia en una hojita que cada martes vuelve al colegio.

El primer cuento que trajo era una sosada monumental: solo cinco páginas con unos dibujos mas bien normalitos (con los dibujantes tan estupendos que hay por ahí, famosos o no) y en los que no había escritas más de media docena de palabras por página;

.. El gato

……….

.. La oca

……

.. Mami, léeme el “puento”

.. Esto es el "puento",  que no hay más hija

.. Yo quiero el "puentoooooooo"

Vamos, una pena.

Afortunadamente a partir de la segunda entrega hemos conocido a Emilio y Lilú que, aunque tampoco son para tirar cohetes, nos dan un poquito más de juego. (Eso sí; lo de conseguir que dibuje algo que tenga que ver con la historia es desesperante, ¡arg!).

De todas formas, y de momento, los cuentos que más veces tengo que leer a mi hija son los de la Colección Pequeña Tina, de Roxer Ríus. El miércoles, sin ir más lejos, encontré dos en un puesto de libros de Paseo Independencia y nos faltó tiempo para leerlos al llegar a casa.

¿Qué por qué le gustan? supongo que porque pasa algo; porque tienen una sencilla historia que le interesa.

Porque Tina es una niña a la que llaman la atención las mismas cosas que a ella, los dibujos le atraen... y además al final del librito hay un resumen del cuento en forma de pictograma que le encanta repasar (lo hace muy requetebién por cierto) para demostrarme orgullosa que se ha enterado de lo que le he contado.

¿Por qué me gustan a mí?, pues supongo que porque le gustan a ella. Y porque da la casualidad de que Tina es pequeña, muy pequeña, tanto que su papá la lleva al campo dentro de una cesta, se esconde cuando quiere entre los pucheros de la cocina o utiliza una seta de sombrero.

Ella es pequeña, pero eso no es un problema para nadie y eso, supongo que lo entendéis, me llena.

De fiestas y libros

De fiestas y libros

Hoy es San Jorge, patrón de Aragón (lo digo porque probablemente nadie ignora que también es Sant Jordi en Catalunya, que llevan toda la semana anunciándolo en la radio) y también es fiesta en la Comunidad de Castilla y León. (Por cierto: el año pasado Luisa dedicó un magnífico post a contarnos la Leyenda de San Jorge  cuya lectura recomiendo vivamente porque de leer va hoy la cosa).

También el año pasado Chema Llera hizo un cartel precioso a propósito de esta celebración y me gustó tanto que no puedo evitar dejar aquí un detalle de ese trabajo (espero que con su beneplácito) ilustrando esta entrada.

Yo adoro leer: por un extraño azar de la naturaleza los libros forman parte de mi vida aunque en mi casa, cuando era pequeña, nadie leía nada.

Contra mi práctica habitual (y a pesar de que no dispongo de tiempo para casi nada de lo que quiero) tengo en la mesa en este momento dos libros en danza: por un lado "Me llamo Rojo" de Ohran Pamuk y después uno de los libros de la serie "Los olvidados de la Historia" que coordinó Ricardo García Cárcel y que firman Fernando Bouza y Jose Luis Beltrán. Esta segunda lectura tiene un fin que va más allá del mero entretenimiento y que ya os contaré en su momento.

Ahora que voy arañando algo de espacio para esa afición innata tengo la sensación de que he recuperado algo de mi infancia y mi adolescencia, como si durante estos años hubiese dejado una parte de mi dormida. Y me encanta.

Creo que Ainhoa ha heredado mi gusto por los libros y además se revela como una lectora exigente: no le basta cualquier cosa. Recuerdo un post que Inde escribió hace un tiempo a propósto de la buena literatura infantil y que nos advertía sobre los bodrios que a veces circulan por ahí bajo el sobrenombre de "libros para niños" y que pueden resultan auténticas pepeces (por no decir otra cosa).

Poned mimo en la elección de los libros para los chavales, merece la pena. Y leed, leed mucho. Estoy segura que hay un libro, un tipo de literatura para cada uno de nosotros y para cada momento.

Me voy al parque con mi niña y con mi libro. Me llevaré el de Pamuk, aunque no es el más ligero.

Oye, y ahora que he confesado tengo curiosidad....tú, ¿que estás leyendo?

El sueño de Africa

El sueño de Africa

Acabo de cerrar las tapas de Lejos de Africa, el libro que Karen Dinesen escribió, bajo el pseudónimo de Isak Dinesen,  relatando los años que vivió en aquel continente y que inspiró la celebrada película de Sydney Pollack.

Sabía de antemano que estas memorias no se correspondían exactamente  con la historia que cuenta el film pero tenía curiosidad por conocerlas sobre todo desde que leí un post de Antón Castro que contaba maravillas de su autora. No me han decepcionado.

Lejos del relato que compone la película, el texto es el paseo por unos años en la vida de una mujer que madura y abre sus ojos en un país que inicialmente le es totalmente ajeno pero que termina formando parte de ella misma.

El libro no es, desde luego, una de esas biografías al uso en las que se cuenta, bajo un medido orden cronológico, las vivencias de alguien.

Karen va relatando diferentes momentos, diferentes personas que pasan por su granja (sin duda un personaje más de la historia) y consigue así que el lector entienda un poco más acerca de otra forma de pensamiento y de vida; la propia de un continente tan duro como hermoso.

Realmente parece que el texto no hablase de ella sino de la gente que llega, de la que ya estaba allí y de la que se va. De la importancia que tiene escuchar a la tierra, fundirse con ella y de cómo alguien puede convertirse en parte integrante de un universo para el que parecía no estar preparado.

Además, y a pesar de esa mueca colonialista inevitable que se trasluce en algún momento, creo que hay un profundo respeto en la forma con que nos habla de esos diecisiete duros y maravillosos años. Eso me ha gustado: no hay mejor viajero, mejor "colono" (aunque por propia definición parezca imposible) que aquél que se asienta con humildad en tierra nueva y deja que sea esa tierra quien le muestre sus reglas para, entre los dos, llegar a algo cercano a "un acuerdo".

Seguramente no hay mujer que haya leído el libro o visto la película que no haya deseado en su fuero interno, en algún momento, ser Karen en Kenia. Yo, desde luego, cada vez que lo pienso......

Admito que estoy deslumbrada por la idea de la sabana inmensa, de los animales salvajes, de los atardeceres y de esa granja acogedora  aunque, con toda seguridad, no tendría el valor suficiente para sobrevivir allí tanto tiempo, pero bueno: se trata de un sueño.

Como tal he vivido este relato y como tal desearía sentirlo de nuevo: aunque solo fuese sentada en un cine, a oscuras, escuchando la música mientras ese tren cruza la sabana  ......

"Yo tenía una granja en Africa, al pie de las colinas de Ngong...La situación geográfica y la altitud se combinaban para formar un paisaje único en el mundo. No era excesivo ni opulento; era el Africa destilada a seis mil pies de altura, como la intensa y refinada esencia de un continente"

 

PALABRAS MAGICAS

Está la mar de bien encontrar una sorpresa así en el buzón; se trata de la edición impresa de PALABRAS MAGICAS, el delicioso blog que Jose Luis Capilla y los chavales de segundo ciclo de primaria del colegio de Peñarroya de Tastavins han puesto en marcha este curso.

Jose Luis ha tomado el relevo de Simeon Omella y de aquellos profesores de la II República que seguían el método pedagógico de Celestin Freinet y ha puesto a sus alumn@s a observar el mundo que les rodea y a hablarnos de él.

Para ello ha hecho uso de la herramienta de comunicación de nuestro tiempo, internet, de la misma forma que Freinet utilizó su imprenta y ha elegido el formato del blog que además ofrece la oportunidad de comunicarse con ellos y así dejarles comentarios que les animen a seguir.

En su blog los chic@s de Peñarroya nos hablan de su colegio y de su pueblo, opinan sobre los libros que han leído, sobre la vida en su comarca o en sus países de origen e incluso les ha servido para ponerse en contacto con chavales de otros colegios y poner en común sus cosas.

Sinceramente no se me ocurre una forma mejor de motivarles para que lean, observen, escriban, piensen.... reflexionen sobre lo que hay a su alrededor.

Por si alguien tiene problemas para acceder a "La Red" han decidido también "bajar el blog al papel" y han dejado así impresos sus trabajos de este trimestre para que todos podamos disfrutarlo.

El lunes recibí mi ejemplar con esta nota:

A Daniel se le pusieron los dientes largos cuando vió la revista:

.. Déjamela: se la enseñaré a la seño. Nosotros también podríamos hacer algo así.

Ah, como me gustaría: seguro que de esta manera tendría más interés por leer y por cuidar su ortografía y su expresión, pero mucho me temo que no va a ser posible. No veo yo a su profesora por la labor de algo así, la verdad, y es una pena.

Enhorabuena a esos chavales porque el trabajo es estupendo y sobre todo enhorabuena a Jose Luis por conseguir arrastrar a sus alumnos a una actividad tan hermosa. El resultado es magnífico.

Y a vosotros: animaros a visitarles de vez en cuando. Merece la pena.

PALABRAS MAGICAS

PABLO NERUDA ALBUM

PABLO NERUDA ALBUM

En cuanto leí la reseña que Antón Castro publicó en El Heraldo de Aragón el día 6 de diciembre (no he conseguido encontrar ese artículo en la edición digital para enlazarlo) quise tenerlo entre manos.

PABLO NERUDA ALBUM, editado por Publicaciones de la Residencia de Estudiantes el pasado mes de septiembre, contiene junto a una detallada biografía escrita por José Carlos Rovira, más de 400 fotografías (algunas realmente magníficas) que recorren la vida del gran poeta.

Comparto con Fernando Sarría una devoción incombustible por la obra de Pablo Neruda. Nunca me han dejado de emocionar sus poemas; hay una música en ellos, un sentimiento, una fuerza que me tiene rendida así que estaba claro que este libro tenía que acabar en mis manos esta Navidad.

Comencé a ojearlo en el viaje de regreso a casa envuelta en la espesa niebla que recorría la ribera del Ebro. Enseguida encontré este fragmento que Rovira extracta de un poema que dedicó a su madre biológica (muerta cuando él tenía apenas un mes). 

Imposible resistirme a todo lo que encierran estas hermosas palabras

"Cuando nací mi madre se moría....

.......

Por eso llevo

un río invisible entre las venas,

un invencible canto de crepúsculo"

SER DIFERENTE segun Maria Baranda

SER DIFERENTE segun Maria Baranda

La tía Roberta dijo que para ella Mosi era como Marte. Igual que nosotros pero diferente. Después sacó un chicle enorme de fresa, por supuesto, y lo repartió entre todos. Ella hizo una bomba gigante como jamás había visto una. Mosi puso su mano delante y la tronó. La tía, entonces, se rió tanto que pensé que su risa iba a salir por la ventana como un huracán y nosotros con ella. Cuando se calmó, y ante nuestros azorados ojos, se puso a contar que algunas personas nacen diferentes como si fuera un día que se parte en dos mitades: unos viven de un lado y ven las cosas de cierta manera y otros viven del otro lado y ven todo distinto. Al decir esa palabra vi como mi hermana sonreía. Y me sentí bien. Porque cuando uno es diferente a todos, a los otros, es como tener agua calentita en el corazón.

Del libro "Marte y las princesas voladoras" de la poeta mexicana María Baranda.

Las ilustraciones son de Elena Odriozola.

Editado por Fondo de Cultura Económica. Mexico 2006

 

Enanitos y gigantones

Enanitos y gigantones

Llevo días paseando el ojo por sus tapas cuando limpio la estantería.

Que curioso, yo lo compré.

Recuerdo bien que se lo regalé a Daniel por Navidad cuando aún era pequeño. También a mí me parecía amable la imagen de los enanitos y debí pensar que sería divertido leer con mi hijo un libro que hablaba de ellos aunque, curiosamente, solo ojeamos uno de los cuentos así que no se todavía muy bien como se plantean las cosas allí dentro.

Que vueltas da todo.

Hace ya un tiempo mi hijo decidió reorganizar su cuarto y "donó" a su hermana todo lo que ya no consideraba "apto" para su edad. Este libro estuvo entre ellas y desde ese día, hace casi dos años, duerme en la habitación de Ainhoa.

He pensado, en algún rato que pueda estar sola (él seguro que no quiere verlo; estoy convencida de que le incomoda mas que a mí) leerlo mas a fondo para ver su tono. Pensar seriamente hasta que punto puede ser realmente incómoda o inoportuna su presencia en nuestra casa.

No es fácil, no. Una pretende no ser más puntillosa de lo imprescindible en estos casos, tener los pies bien en el suelo y no sacar las cosas de quicio ...pero soy nueva en esto y no sé donde está el límite de algunas cosas.

No. La verdad es que no sé muy bien que hacer.

POR ESCRIBIR SUS NOMBRES

POR ESCRIBIR SUS NOMBRES

Sé que llego un poco tarde a la vorágine de POR ESCRIBIR SUS NOMBRES, de Víctor Juan, espero que sepa disculparme.

Acudí encantada y curiosa su presentación en Zaragoza y también un poco avergonzada por no haber conseguido hasta entonces el libro (si, ya sé que empiezo a cansar con la misma excusa, pero no por repetitiva es menos real: me ahoga el tiempo), fue un acto entrañable, ya lo conté aquí.

Lo cierto es que, de aquel día, atesoro ya un ejemplar dedicado por Víctor que el pasado fin de semana devoré ávida y que me ha dejado un regusto a ternura y dolor que aún me dura.

No pretendo ni acercarme a emular las hermosas crónicas que Marisancho, Luisa, Miguel Mena, Antón Castro...hicieron entonces del libro, y que recomiendo a todos que vean (se pueden encontrar recopiladas aquí).

Solo me gustaría contar que entre esas líneas he leído un cariño inmenso, un respeto, una admiración incomparable hacia unas personas que vivieron en circunstancias límite con una coherencia y honestidad admirables.

Querría decirle a Victor que su "fábula" me ha emocionado.

Que hay momentos, como ese en que Palmira busca como loca entre la ropa de Paco unas líneas de aire para respirar, que me han parecido tremendamente hermosos.

Que me ha sobrecogido leer el recorrido de Ponzán en ese autobús lleno de incógnitas que le lleva a la muerte porque además siempre me ha resultado especialmente doloroso pensar en la gente de la guerra, en el terror que vivieron y viven personas corrientes que se ven envueltas en conflictos armados:

  ".. el miedo les acompañaba diariamente, era un sentimiento tan familiar y cotidiano que se habían habituado a su mordedura, a vivir suspendidos en un abismo. Estaban acostumbrados al vértigo que produce el dolor.."

Aun así, Victor encuentra una forma de hacer entrar un rayo de sol en ese oscuro momento cuando uno de los guardianes silba "La última rosa del verano" y de esta manera deja que Paco "viaje" a casa de su amigo Ramón Acín donde una pajarita de papel bailaba al ritmo de esa música.

También él hizo sonar esa melodía en día de la presentación del libro, acompañando sus palabras, en un momento que me pareció precioso. Supongo que para Víctor siempre suena entre esas páginas.

Hermosa y dura historia de algo que pudo ser.

Una magnífica forma de dejarnos a esta gente admirable en el recuerdo..y bajo su mismo cielo.

PAN DE ORO

PAN DE ORO

Desde que conocí el blog Pandeoro, y sobre todo a Luisa Miñana personalmente, andaba yo muy interesada en leerme su libro.

Lo cierto es que no dispongo de mucho tiempo para mis cosas, se me acumula la tarea espero que sepa disculparme, pero por fin hace un par de semanas lo tomé entre manos y hoy he terminado de disfrutarlo. Y digo disfrutarlo porque leerlo ha sido un verdadero placer.

Con él, Luisa me ha trasladado a la Zaragoza del siglo XVI: me ha hecho pasear por lugares muy próximos a mi vida actual como la calle San Pablo, la calle Las Armas, Jaca (tan cerca de donde ahora escribo..) pero envueltos en la atmósfera de otro tiempo, para contarme la historia del escultor italiano Pedro Milano, quien llegó a Aragón con la intención de conseguir el reconocimiento a la calidad de su trabajo que su tierra le negaba.

La vida del maestro Milano contada desde los ojos de quienes le querían y admiraban  resulta conmovedora, triste quizás a pesar del sentido homenaje que cada uno de ellos le rinde en su texto y sorprendente por dejar constancia de que determinadas actitudes humanas son antiguas y, desgraciadamente, eternas.

Me ha enredado pues Luisa con los imagineros y sus gubias, los ha convertido para mí en personas de a pie, en gente de carne y hueso. Es curioso: a pesar de gustarme el arte jamás me había parado a pensar en como eran los hombres que crearon las obras que ahora admiro y, muchas veces, me conmueven. Mi ignorancia no había dejado sitio para eso.

He disfrutado no solo de la historia en sí, sino de la forma que Luisa ha elegido para contarla. La riqueza de su prosa me ha llevado varias veces a leerme párrafos en voz alta, como esta hermosa confesión que pone en boca de Tomás Berasátegui, y que invito a leer así:

"Pasado un tiempo, como había que seguir adelante, juramos no volver a mencionar la historia nunca más y enterrar el dolor. Incumplo, pues, mi promesa. La rompo muy a propósito, aunque Pedro, esté donde esté, en toda la eternidad me perdone, y lo hago porque es a veces de justicia quebrar el silencio bajo el que se pliegan las cosas que nunca se olvidan. Mi memoria las ha guardado intactas y será bueno, Luis, que en la tuya las conserves. No abrigues rencores. El rencor no deja respirar. Pero olvidar, no olvides rediós, porque el olvido nos hace pusilánimes y vuelve nuestro corazón como el pan de oro, hermosa mortaja para las mal trazadas imágenes y estorbo para aquellas en las que la mano del imaginero aún palpita"

Reconozco que he tenido que tirar de diccionario más de una vez, no estoy acostumbrada a algunos términos, pero incluso eso ha sido un placer. He anotado con lápiz cada palabra desconocida y no me he podido resistir a mi vieja costumbre de subrayar algunos párrafos.

Quedará así en mi estantería un libro de los que yo digo "trabajados", que igual a alguien no le gusta el término o el trato, pero a mi me dice mucho de lo que me ha gustado.

Gracias Luisa por esta joya, espero sinceramente que tengas otra en la recámara, y mientras llega me gustaría dejar aquí otro párrafo que, aunque duro, me ha encantado:

"Los odios, como los amores, se acrisolan a veces de golpe sin que sepamos por qué, y se quedan agarrados al borde de la garganta, listos para irrumpir contra el aire y hacer añicos en un segundo la misma vida".

Por cierto, me queda la duda (que ella sabrá resolver) de si existen realmente la silla número noventa y nueve y la ciento veinte en el coro de la Basílica del Pilar tal y como se describen al final del libro. (y si es así, que no creo, sería estupendo poder verlas.....)

("Pan de Oro" fue publicado en 2006 por Mira Editores. Dejo aquí el enlace a su ficha)

Ayer en la biblioteca..

Si algún día escribo un libro espero poder contar con dos personas que lo presenten con el cariño, la complicidad y el magnífico humor con que ayer Antón Castro y Pepe Melero hablaron de Por Escribir sus Nombres y de Victor Juan.

Sería un honor que alguien como Luisa Miñana hiciese una reseña tan hermosa como la que le hizo anteayer en su blog, o como la que ya publicó Miguel Mena.

Dice mucho de una persona la calidad, la cantidad y la actitud de sus amigos ante sus cosas; como un árbol que uno planta y ayuda a crecer…y de repente descubre que es hermoso y que está lleno de vida.

Merece la pena empeñarse en eso.

El libro de los escolares de Plasencia del Monte

El libro de los escolares de Plasencia del Monte

Lo he ido leyendo poco a poco, saboreándolo, y ayer llegué al final: ¡que delicia!.

Creo que es ahora cuando comprendo de verdad lo que Victor Juan decía en su introducción:

"Hay objetos que parecen devolvernos a otra época o nos transmiten la emoción que sintieron quienes los sostuvieron antes que nosotros en sus manos como si en las cosas pudiera latir la memoria. Un poco de todo esto es lo que me ocurre cuando acaricio el humilde papel en que los niños de Plasencia del Monte  y Simeón Omella, su maestro, estamparon, letra a letra, algunas de las páginas más hermosas de la historia de la educación y de la escuela aragonesa del último siglo".

Desde que terminé la carrera, y hasta que Daniel comenzó el colegio, he vivido ajena al mundo académico: es ahora, como madre, cuando he empezado a preocuparme en serio por la forma en que mis hijos van a desarrollarse desde ese mundo. Para mí ha sido una sorpresa conocer gracias a este libro la existencia, en otro tiempo, de una escuela tal como yo la concibo.

He descubierto que Simeón Omella, como otros profesores del entorno rural durante la II República, trabajó con los niños de Plasencia del Monte siguiendo un método pedagógico ideado por Celestin Freinet después del fin de la I Guerra Mundial.

 

Todo lo que leo acerca de este hombre redunda en una misma idea: Freinet era un maestro del pueblo al que le gustaba aprender de su gente y que huyó siempre de las teorías y los individualismos. "descubrió que la escuela no tenía razón de ser si los niños no se comprometían con ella, no cooperaban en el desarrollo de sus clases.... Los niños han de aprender de la vida y de la comunidad en la que viven".

Su método era eminentemente práctico: trabajo en equipo, correspondencia entre escuelas diferentes, cooperación entre los maestros, esa imprenta con la que "inmortalizar" los trabajos de los chavales...una escuela viva.

¡Cuánto me hubiese gustado participar en algo así cuando era pequeña!. No es difícil imaginar los rostros satisfechos de unos niños de 7, 8,10 años viendo sus cuentos, sus historias impresas y encuadernadas a los ojos de todos.

En esta hermosa reedición leo como los niños de Plasencia del Monte, guiados por Omella, nos cuentan muchas cosas de sí mismos, de su pueblo y de su vida en esas entrañables páginas: Antonio García, de 10 años, habla de la vida de los esquiladores, Eusebio Beraues (con "10 años y 6 meses") relata una "historieta" protagonizada por un bandido apodado "El cucaracha" que no digo yo que fuese del todo inventada, hay un pequeño relato conjunto de toda la clase acerca de la agonía de una culebra en medio de una cosa extraña que se llama "asfalto" y no he podido evitar sonreír con el tinte surrealista de la historia de "Zacarías el caracolero" que relata Manuel Malo, de 10 años.

Hay cariño y trabajo en esas páginas, ¡que orgullosos se debieron sentir al verlo terminado!,

Pienso también en el asombro  de Elena Ruiz Gallán al descubrir en la "falsa" de su casa ese libro extraño en el que se hablaba de gente de su pueblo y que ha hecho posible que hoy podamos tener esta joya en nuestras manos...increíble. Ella también debe haber sentido algo muy especial con esta publicación.

"Pocos días después de que Simeón Omella y los niños de Plasencia del Monte concluyeran de encuadernar este libro, con el papel recién herido por la tinta, estallaba la Guerra Civil. Las palabras fueron ahogadas por el estruendo de las balas y las bombas." escribe Victor Juan en la conclusión de su prólogo.

Que lástima, que oportunidad perdida, que lejos queda esto.

Quizá este libro mueva voluntades nuevas, quizá empiece a cundir el ejemplo. No se si quedan maestros como Freinet, o como Omella.

Yo, de momento, he hecho algún agradable descubrimiento......

Una sorpresa

Ir a una librería y perderme entre sus estanterías es uno de los mayores placeres que conozco: husmear entre tomos, "cotillear" las reseñas de las solapas, abrir una página al vuelo y dejarme sorprender, esa alegría de salir con un libro entre manos...

Me gusta también comprobar que mis hijos disfrutan quedándose en las mesitas llenas de cuentos y libros para niños que empiezan a cundir en algunos centros comerciales y en las propias librerías (especialmente atractivo el rincón que la Librería Cálamo tiene para los peques: hace unos días Ainhoa disfrutó un montón, ¡incluso se hizo un tren con las sillitas!). Me hubiese encantado tener la oportunidad de hacerlo cuando era pequeña.

Sin embargo, a veces, los libros llegan a ti de una forma más bonita si cabe.

Esta mañana, al llegar al trabajo, he encontrado estas dos maravillas sobre mi mesa:

No puedo explicar la emoción que me ha provocado tan hermoso regalo: ansiaba desde hace días tenerlos en mis manos pero no podía imaginar que iban a venir envueltos de tanta sorpresa y afecto, reconozco que aún estoy un poco alborotada.

No sé yo si me merezco esto.

La Arboleda Perdida

Uno de los pasatiempos favoritos de Ainhoa es vaciar el mueble librero que tenemos en la entrada de casa (lógico;  allí está todo a su altura).

En él guardo mis primeros libros; en su mayoría ediciones de bolsillo baratas que, en aquel tiempo, siempre forraba con plástico para darles un poco más de consistencia.

De una de sus últimas estampidas se me quedó en las manos LA ARBOLEDA PERDIDA de Rafael Alberti.

En este libro el poeta cuenta su vida desde su infancia andaluza hasta los comienzos de la Guerra Civil. Cuando lo compré escribí en una de sus primeras páginas: "Lekeitio, Reyes 81"...cuanto tiempo, pensé, y lo ojeé un rato.

Siguiendo una costumbre que aún mantengo había párrafos subrayados con lápiz y algunas páginas marcadas con hojas secas...me detuve en una de ellas, cerca del final del libro.

Allí, ya entonces, me quedé encandilada con este poema que Alberti escribió cuando conoció a la que fue su compañera durante tantos años, Maria Teresa León.

(Hace un tiempo Inde nos regaló un párrafo hermosísimo de las memorias de esta mujer en su blog...aún tengo pendiente conseguir ese libro).

Releo el poema, una y otra vez. Se titula "Retornos de amor recién aparecido", y dice así

 

Cuando tú apareciste,   

penaba yo en la entraña más profunda

de una cueva sin aire y sin salida.

Braceaba en lo oscuro, agonizando,

oyendo un estertor que aleteaba

como el latir de un ave imperceptible.

Sobre mí derramaste tus cabellos

y ascendí al sol y vi que eran la aurora

cubriendo un alto mar de primavera.

Fue como si llegara al más hermoso

puerto del mediodía. Se anegaban

en ti los más lúcidos paisajes:

claros, agudos montes coronados

de nieve rosa, fuentes escondidas

en el rizado umbroso de los bosques.

Yo aprendí a descansar sobre tus hombros

y a descender por ríos y laderas,

a entrelazarme en las tendidas ramas

y a hacer del sueño mi más dulce muerte.

Arcos me abriste y mis floridos años,

recién subidos a la luz, yacieron

bajo el amor de tu apretada sombra,

sacando el corazón al viento libre

y ajustándolo al verde son del tuyo.

Ya iba a dormir, ya a despertar sabiendo

que no penaba en una cueva oscura,

braceando sin aire y sin salida.

Porque habías al fin aparecido.

 

Dice Alberti: "..en él se rememora, después de más de veinte años, el estado de cueva en que vivía y la luz principal que echando sus cabellos en mis manos me hizo subir al sol y sentir que en el mundo la primavera  no había muerto."

Veintitantos años más tarde me sigue pareciendo tremendamente hermoso.

Cien años de soledad

Cien años de soledad

"Cien años de soledad" es sin duda el primer libro que me deslumbró en serio; siempre he dicho que es uno de mis favoritos aunque mi historia con esta novela no empezara muy bien.

Había oído hablar del él pero para mí aquella época era de total "economía de guerra" (estaba en el instituto) y no estaba en condiciones de comprármelo así que conseguí que me lo prestase una compañera de clase.

Creo que hice como tres intentos de leerlo pero enseguida me quedaba atascada. Demasiados personajes con los mismos nombres: Arcadio, José Arcadio, Aureliano , todos siempre bailando alrededor de Úrsula.... empezaba a eternizarse en mi mesilla pero me sentía incapaz de devolverlo sin haberlo leído. Alguien me contó que se había hecho un árbol genealógico para seguir la historia y sus protagonistas pero eso a mí no me parecía bien: una novela no puede ser destripada así, no vale. Uno debe dejarse llevar por la historia, nada más.

Una noche decidí hacer un último intento...y resultó. Encontré la puerta para entrar a Macondo y al mundo mágico de García Márquez, o quizá  es que era mi momento para entenderlo, quien sabe.

Me zambullí en la novela completamente, era como una droga: leía en la cama  a las tantas de la mañana, en el autobús durante el breve trayecto al Instituto... no la podía dejar. Me era imprescindible saber que pasaba con aquella fantástica familia, sobrecogerme con la herida que el tiempo, la historia y sus vicisitudes dejaba en ellos, pensar de esa forma mágica en las cosas que en la vida real nos hunden aunque en aquel momento yo estaba muy lejos de comprender mucho de lo que allí se contaba:

"Amaranta Úrsula y el pequeño Aureliano habían de recordar el diluvio como una época feliz. A pesar del rigor de Fernanda, chapaleaban el los pantanos de patio, cazaban lagartos para descuartizarlos y jugaban a envenenar la sopa echándole polvo de alas de mariposa en los descuidos de Santa Sofía de la Piedad. Úrsula era su juguete más entretenido. La tuvieron por una gran muñeca decrépita que llevaban y traían por los rincones, disfrazada con trapos de colores y la cara pintada don hollín y achiote, y una vez estuvieron a punto de destriparle los ojos como le hacían a los sapos con las tijeras de podar. Nada les causaba tanto alborozo como sus desvaríos. En efecto, algo debió ocurrir en su cerebro en el tercer año de la lluvia, porque  poco a poco fue perdiendo el sentido de la realidad, y confundía el tiempo actual con épocas remotas de su vida, hasta el punto de que en una ocasión pasó tres días llorando sin consuelo por la muerte de Petronila Iguarán, su bisabuela, enterrada desde hacía más de un siglo. Se hundió en un estado de confusión tan disparatado, que creía que el pequeño Aureliano era su hijo el coronel por los tiempos que lo llevaron a conocer el hielo, y que el José Arcadio que estaba entones en el seminario era el primogénito que se fue con los gitanos.."

Todo el libro es una locura deliciosa y cruda, como una lupa de colores a través de la cual ver el mundo desnudo en su  miseria y su humanidad. Te hace sonreír, te estremece, te horroriza y te enternece...lo que hace la vida.

García Márquez me abrió entonces la puerta al mundo mágico de la literatura sudamericana que, en un tiempo, me envolvió (recuerdo también la maravillosa "Gabriela, clavo y canela" de Jorge Amado) y que estos días que se celebra su ochenta cumpleaños se rememora.

Hay algo en mí muy cercano a ese surrealismo simple y en cierta manera tierno. Me encanta esa forma de ver la vida, ese punto de humor y verdad, esa sencillez. Encuentro música en esas letras.

Retomo el libro, ahora ya en mi poder, y pienso que quizá es hora de releerlo: de dejar que las hormigas invadan mi casa como allí, de ver como asciende a los cielos Remedios La Bella, de absorber la poesía de ese texto y el fondo de verdad cruda que envuelve. Creo que no me decepcionaría, es imposible después de leer, ahora al azar, esto:

"Viéndolo montar picaportes y desconectar relojes, Fernanda se preguntó si no estaría incurriendo también en el vicio de hacer para deshacer, como el coronel Aureliano Buendía con los pescaditos de oro, Amaranta con los botones y la mortaja, José Arcadio Segundo con los pergaminos y Úrsula con los recuerdos."

La imagen es un aguafuerte del artista colombiano Pedro Villalba. La presentó en una exposición que el  Museo Nacional de Arte (MNA) de Bolivia presentó en noviembre de 2004 con el título "Cien años de soledad al aguafuerte" y que reunía 120 grabados que ilustraban la magnífica novela de Gabriel García Márquez.

La presentación de Jánovas

La presentación de Jánovas  

No me resisto a comentar algo, aunque sea breve, de la cita ayer en la Cálamo con Marisancho y su Jánovas.

Como no podía faltar, Jose Antonio Melendo anduvo por ahí haciendo fotos y las ha colgado en su blog. Es magnífico. Trajo a Marisancho una ampliación de una vista de Jánovas que es un lujazo, de veras (es la tercera foto que podéis ver allí). La foto que cuelgo aquí es suya. Además me sirvió para conocerle personalmente, que aún no nos habíamos visto las caras.

He de deciros que fue un rato encantador, lleno de gente amiga. Marisancho llegó toda apresurada a las 20,30h. procedente de Lérida con los dos únicos ejemplares que pudo arrancar a una imprenta que la ha dejado "colgadica" y que no tendrá hasta la semana que viene la tirada acordada. Tremendo.

Cualquiera se hubiese echado a llorar.. pero mi Mari no. Ella presenta su libro y en él está el valor de lo que allí se recibía así que se lo tomó con filosofía.

Vimos un pase de unos minutos de un documental precioso que han hecho sus compañeros acerca de la historia y que me emocionó (sobre todo cuando vi allí a los Garcés. Es como si los conociese de siempre). Marisancho nos habló encaramada a la escalera de la trayectoria de ese libro con toda naturalidad, y sin haber podido pasar antes por su casa para engalanarse para la ocasión... pero no le hacía falta. Estaba entre amigos y se notaba.

Yo también disfruté. Conocí al fin personalmente a gente como Victor Juan, unjubilado, Fernando Sarria, Javier Torres, Bambino.. Luisa Miñana y yo ya nos habíamos visto poco antes. Me hizo mucha ilusión, sí.

Bueno, que ya está la cosa "casi" en marcha. Espero que la semana que viene la Cálamo tenga disponibles los libros para poder ir a comprarlos... por cierto, la edición es preciosa. ¡Enhorabuena y suerte Mari!

Marisancho vuelve a Jánovas

Marisancho vuelve a Jánovas

(Portada de la reedición del libro. Es parte de una foto de la plaza de Jánovas durante su fiesta mayor, allá por los años 50)

La cita es este jueves, día 14, a las 20,30h. en la librería Cálamo, en la Plaza San Francisco.

Marisancho reedita JÁNOVAS, VICTIMAS DE UN PANTANO DE PAPEL, y esa será su presentación oficial.

Se trata de un libro conmovedor, muy hermoso.....y muy duro cuya primera edición es de 2004.

Para quien no conozca la historia, a mi fue ella quien me la contó, Jánovas era un pueblo del Pirineo aragonés, en el valle del río Ara, que hace ya unos cincuenta años, fue expropiado brutalmente  con la excusa de construir un pantano fantasma: una obra que finalmente nunca se llegó a ejecutar.

Resulta desolador leer como sus antiguos habitantes fueron víctimas un acoso y brutalidad propios de organizaciones mafiosas por parte de las "autoridades" y los empleados de Iberduero con el único fin de  hacerse con su pueblo y dejarlo morir para nada.

Emociona su crónica a través de los testimonios de los vecinos del pueblo y de sus descendientes: el triste final de Antonio Buisán Lacort, cartero y última persona que falleció en Jánovas. Francisca Castillo, que pone los pelos de punta cuando cuenta que su hija Teresa, un bebé entonces, no mamaba, ni lloraba ni nada aterrorizada por las explosiones de dinamita que Iberduero utilizaba para derribar las casas contiguas. Esta mujer y su marido, Emilio Garcés fueron los últimos en salir del pueblo y, desde luego padecieron situaciones de acoso y abuso realmente increíbles por grotescas y, permitidme, bordes.

Al final un sinfín de despropósitos, brutalidades, cacicadas, esperanzas, desesperanzas, una inexcusable connivencia entre las distintas administraciones e Iberduero... una injusticia tan inmensa que revuelve el estómago.

Marisancho relata con precisión el desarrollo de todo el "proceso" burocrático  desde los años 50 hasta nuestros días pero, sobre todo, impacta su mirada hacia la gente de Jánovas. Les trata como merecen; con un cariño infinito y con profundo respeto, haciendo suyo su dolor, su indignación, su rabia, su perplejidad ante semejantes actuaciones, su exigencia de soluciones.... Es tan evidente lo que se ha implicado allí que no me extraña que hace unos días Pedro Arrojo la presentara como procedente de Jánovas.

Pues el jueves vuelve a la carga, con alguna novedad supongo, aunque seguramente no con la noticia deseada, pero andando se hace camino....

Allí estaremos para recibir a ese "hijico" suyo renovado y actualizado, seguro que igual de hermoso y conmovedor. Con mucha Marisancho entre líneas y muchas verdades. Y supongo que, al final, con el mismo deseo que ya manifestaba en el epílogo de la primera edición. "Nunca más habría de consentirse una historia como la que aquí va narrada. Nunca más, dejar que se gobierne contra los gobernados. Ni contra la Naturaleza".