El sábado por la noche, en Informe Semanal, se emitió un reportaje acerca del escultor Juan Muñoz con motivo de la retrospectiva que acaba de inaugurar el Museo Reina Sofía de Madrid y que permanecerá en ese espacio, creo, hasta el 31 de agosto.
No presté inicialmente demasiada atención al programa, andaba distraída con mis cosas, pero en un momento determinado apareció esta imagen en el televisor ….
Obviamente captó todo mi interés.
Reparé en que la sala donde han colocado esta escultura había sido la elegida para entrevistar a Cristina Iglesias, viuda del artista, y que en la misma se podía ver también otra imagen similar esta vez con los brazos extendidos frente a una mesa de billar y sin ese llamativo color azul.
Cristina Iglesias se refería a ella como “Sara” en un tono casi familiar y hablaba de que su marido le había dedicado una etapa de su trabajo.
Me faltó tiempo para entrar en Internet y buscar información. Efectivamente, la escultura se llama "Sara frente al espejo", es de 1996 y existe otra, digamos, "versión" de la misma que me pareció aún más interesante
Seguí curioseando por ahí y pude constatar que la alusión a la gente con enanismo había sido recurrente en su obra. La primera vez: ’El apuntador’, en 1988
luego fui encontrando alguna escultura más (también masculina): "Enano con tres columnas" y "George"
La comisaria de la exposición, Lynne Cooke, hablaba en un momento del reportaje de "los enanos" como uno de los hilos conductores de la escultura de Muñoz refiriéndose a ellos como figuras al mismo nivel que los maniquíes o los muñecos de ventrílocuo y no sé, me chirrió esa especie de "cosificación", ese paralelismo.
Yo no veo ahí solo figuras, veo hombres. Percibo en ellos una cierta solemnidad (derivada quizá de su condición) y, sobre todo, soledad. George es un hombre solo mirando a lo lejos. Alguien que, de forma voluntaria o no, está aislado.
Y que decir de Sara. Fijaos bien sobre todo en la segunda escultura: esa mujer levantando un poco su falda mientras se contempla en el espejo (aunque he leido que sus ojos están cerrados..no se aprecia ese detalle en las fotos). Los tacones. Alguien aprendiéndose, asumiendo su aspecto. Se me ocurre incluso que la imagen de esa otra Sara "azul" es posterior: la llegada de la luz, del color tras la propia aceptación....
No tengo ni idea de lo que Juan Muñoz pretendía con estos trabajos pero me gustaría pensar que para él no eran simples "figuras". Es más, el hecho de que tengan nombre propio me inclina a pensar que significaban algo más que su propia imagen, digamos, "disarmónica". Sara y George son seres humanos en la mente del artista.
Que se yo, probablemente veo lo que quiero ver, pero lo cierto es que contemplar esas esculturas no me "ataca" y en eso difiero de las críticas que he encontrado por ahí.
Todo lo que leo se desliza por los caminos de la expresión artística obviando siempre que estamos ante la imagen de personas.
Se habla de "la serie de los enanos" (como si el enanismo fuese una cosa) o de "deformidad" para indicar lo que es una simple diferencia de aspecto.
Es evidente que mi punto de vista esta sesgado: no puedo abstraerme del hecho de vivir de cerca la acondroplasia pero como de momento no he encontrado forma de saber cual era realmente la intencionalidad de Muñoz ni su sentimiento hacia "Sara" o "George" prefiero quedarme con eso.
Considero el trabajo hermoso, digno y sugerente. Creedeme: hablando de arte y acondroplasia no abunda mucho esto.