Voluntad
Hace poco más de un mes Ainhoa nos anunció que ya podía abrir la puerta del cuarto de baño (sola y sin taburete se entiende). Llevábamos un tiempo esperando la noticia porque era habitual sorprenderla alargando el brazo cuanto podía y de puntillas delante de cualquier puerta de casa pero, lo reconozco, nos alegramos un montón.
Como podéis imaginar eso le supone un gran esfuerzo porque sus escasos 87 cm. y, sobre todo, el acortamiento de los brazos no dan para mucho más; se estira todo lo que su cuerpo permite y deja resbalar la mano sobre la manillera con la suficiente fuerza como para abrirla. Si no es a la primera, a la segunda...o a la quinta da igual. La cosa es que se abra.
No me engaño; está claro que ha crecido algo (bastante este último año, es cierto) pero gran parte de ese triunfo se debe a que su tronco (carente de huesos largos) crece al mismo ritmo que el de cualquier otro niño de su edad y eso le va regalando unos centímetros que le vienen la mar de bien para avanzar en autonomía. Lo de las piernas y los brazos es ya otro tema, claro.
Vale, lo acepto, la acondroplasia es así y desgraciadamente de momento solo la cirugía podrá solucionar esa parte del problema pero hay otra cara de la historia, ajena a la mutación, que me tiene realmente contenta: su voluntad.
Esa, afortunadamente, sigue creciendo.
12 comentarios
laMima -
Hace cinco míseros años. En un hospital infantil. De pena.
Elena -
Rosa. -
Besos.
Rosa.
elbarzal -
Querida Inde, mi chico mayor tampoco ha estado casi nunca en el percentil "adecuado" de peso, porque suele estar por debajo. Ahora, que como un roble... porque así es su cuepo y su constitución. Pues a cascala con las gráficas y las tondadas, oye.
LORENA -
unjubilado -
¡Enhorabuena!
laMima -
Inde, ¿una altura aconsejada?, no me fastidies ¿y va por razas?..ay
Javier, mis estanterías son un auténtico "popurrí". Por ese tramo de una de ellas andan también Murakami, Vargas Llosa, Juan José Millás, Pamuk, la Chiquita de Orlando Suárez, mi querido Sampedro, los cuentos de Poe, Jorge Amado..¡hasta la segunda parte de los pilares sin desenvolver!.. en la variación está el gusto..jiji.. (la poesía está en mi mesilla y tengo un par de estantes en otra "dedicados" a mis amigos blogueros: sus libros y sus recomendaciones) )
Ybris -
Para la altura hay banquetas y escaleras.
Para el ánimo no. Por eso es importante que se vaya haciendo cada vez más grande.
Besos a ti y a ella.
Inde -
Me dio unos folios con las gráficas correspondientes, que evidencian que mi hijo se las salta a la torera por arriba, como quien te echa algo en cara. Mis ojos se fueron directos al "peso aconsejado" para la media que mandan los puñeteros percentiles (que creo que todas las madres odiamos). Pero se quedaron clavados en otro "ítem" que me pareció alucinante. Pásmate, Mima: HAY UNA "ALTURA ACONSEJADA".
¿Qué hacemos con nuestros hijos, espachurrarlos en un molde?
Luisa -
Está claro que Ainhoa tiene voluntad, ganas, y que no se va a dejar acoquinar.
Todo tiene su doble cara, ya lo sabemos. Que Ainhoa haya de hacer sus estiramientos, evidencia sus dificultades; pero como dices, manifiesta rasgos de su caracter que van a ser decisivos, ya verás, en todo. Y ese caracter se está haciendo así, porque todos participáis de sus rasgos: voluntad, sobreponerse, normalizar, ganas de vivir, alegría...
Besos, besos
Javier López Clemente -
;-)
Salu2 córneos.
Mamen -
Me voy a poner lavadoras y aterrizar en el día a día. Hasta luego.
Un abrazo