Blogia
LaMima

Adaptaciones

Leo en el foro de la Fundación Alpe Acondroplasia las quejas de una mamá por los problemas que está teniendo para que su hijo, que como Ainhoa acaba de comenzar el ciclo de Infantil,  pueda acudir a clase con los apoyos que necesita.

"Vaya, no soy la única", pienso enseguida, pero este caso pinta más vergonzoso si cabe que el nuestro.

La verdad es que me canso de intentar comprender la actuación de determinada gente (y me refiero de nuevo a la gente, no a los organismos públicos: no puedo olvidar, ni debo, que las instituciones se hacen con personas) porque hay cosas que no deberían cuestionarse jamás.

Facilitar a un niño discapacitado de tres años su desarrollo en la vida escolar es más que imprescindible: es vital y quien no quiera entenderlo, quien anteponga la solución de sus propios intereses a los de ese niño evitando al menos buscar soluciones intermedias no merece estar en un colegio.  NO DEBE estar en un colegio, diría yo.

Un día de estos me gustaría hablar aquí de un estudio muy serio que se ha hecho acerca de los sentimientos de inadaptación y exclusión de la gente con acondroplasia. Quizá desde sus conclusiones quien lea mis quejas por la dejadez (fijaos bien, el contador sigue en marcha) del colegio de Ainhoa pueda entender mejor mi indignación y mi preocupación por todo esto.

Eso sí;  mientras el resto del mundo se va "adaptando" nosotros, desde casa, tampoco podemos dejar de hacerlo.

Tenemos claro que nuestra hija ha de sentirse cómoda  e independiente, para empezar,  en su propio hogar y vamos buscando soluciones a las barreras que éste inevitablemente tiene para ella.

Ainhoa ya tiene en su cuarto una silla y una mesita acordes con su tamaño para que pueda sentarse a pintar o a jugar ("la oficina" la llama. Es gracioso verla sentada allí, imitándome con un ordenador de juguete que era de su hermano) y hace poco mi marido hizo una prueba para conseguir, de la forma mas sencilla posible, que pueda encender las luces sin problemas.

Solo hace falta pensar un poco, perder un poco de tiempo. Con un sencillo mecanismo mi hija pronto dejará de pedir ayuda para un acto tan simple como tener luz donde lo necesite. Como hace cualquiera.

12 comentarios

Ybris -

Paso a agradecerte aquí tus comentarios a entradas mías pasadas.
Hay personas agradabilísimas como tú que dejan huellas amables cuando leen.
Gracias, pues y muchos besos

laMima -

Si Luisa, Lamia, Isabel...la voluntad mueve montañas. Las ganas levantan el mundo y pueden ponerlo todo en su sitio. De vez en cuando deberíamos echar el freno y plantearnos si realmente utilizamos bien nuestra energía...si no estamos perdiendo el norte con algunas cosas. Fijaos bien: se le dice a un niño de tres años "enano" que no utilice un taburete para no distinguirse de los demás..es grotesco. ¿De verdad la persona que argumenta esto es consciente de lo que dice?,,no se.
Inde cariño, sé positivamente que Carmen se habrá subido por las paredes en privado y estará tomando cartas en el asunto. ¡Buena es mi Carmen!
Me gusta lo que dices Ybris: los que vivimos con un discapacitado tenemos mas oportunidades de valorar sus necesidades y tomar cartas en el asunto. Es curioso que no se suela contar con nosotros, porque no se cuenta. Yo he ofrecido fotografías de las adaptaciones que necesita mi hija..pero parece que nadie quiere verlas. Espero que lo que supuestamente le están preparando cumpla honestamente su función. Ya os contaré. Igual,¿vedad Marta?, hay que empezar a gritar mas alto y a orejas mas "encumbradas",si.
Gracias por tu apoyo Chispis, eres un sol y tu también Eryx: Luisa y yo tenemos genio ¿sabes? y procuramos tener los ojos abiertos por nosotras y por los demás.
Querida Paula, que gusto volver a saber de tí. Corro a leerte un rato.
A TODOS: esa manita pequeña, regordeta y preciosa es absolutamente comestible, besable y maravillosa. Como la de cualquier niño, claro que sí. Solo necesita que le acerquen un poco las cosas.
Un beso a todos. De verdad que es un placer siempre teneros aquí.

Paula -

40 días ya... parece mentira.

Ojalá no lleguen a 50. Ni a 43. Algo tan sencillo como poner buena voluntad, a veces parece una montaña imposible.

Veo la foto, y dan ganas de comerse a besos a esa manita que enciende la luz.

Que enciende la luz...

Un abrazo

M.M -

Me llena de ternura ese sencillo cable con interruptor.
Si alguien de los responsables tuviera sólo la mitad de imaginación y se sensibilidad...
Dsde luego tu mor es un fenómeno de la chapuza...qué suerte.

Ybris -

Está claro que la vida escolar adaptada a todos debería estructurarse contando con los que ya saben cómo se tiene que adaptar porque lo hacen en su casa todos los días.
Parece mentira que algo tan elemental se olvide.

Beso

inde -

Lo de ese chavalín de Canarias pone los pelos de punta, Mima. Me figuro que Carmen, tan batalladora, estará ya pensando en denunciar eso públicamente, ¿no?

chispis -

lamima, te leo y me pongo en tu pellejo y es que me llevan los diablos la dejadez que tienen algunas personas que supuestamente se dedican por vocacion al cuidado/educacion de niños. solo me queda mandarte un fuerte abrazo y mucho animo. ya sabes, si podemos ayudar en algo, aqui estamos.
no puedo evitar imaginarme a ainhoa en su oficina. que salada ella :) besotes para las dos.

Eryx -

¡Que chicas estas!Tú Y M.Luisa siempre en la lucha. Me alegro. Besos

Entrenómadas -

La voluntad es absolutamente necesaria, pero también la justicia, las cosas bien hechas, y el escuchar el un@ al otr@.
En el caso de la administración debería ser obligatorio.

Besos de finde

Lamia -

Voy a repetir lo que han dicho ya Luisa e Isabel pero yo también soy una firme convencida de que con voluntad es posible superar muchas inconveniencias. Lo que ocurre es que, a veces, los humanos somos muy poco o nada voluntariosos.

Isabel -

Inma, como dice Luisa, todo es ponerse. Con voluntad todo (o casi) se puede conseguir.
Besos.

Luisa -

¿Sabes lo que pasa, Inma? Pues que al final, cuando las cosas están hechas, siempre parece todo más sencillo. Pero es que realmente no son tan complicadas las cosas que se necesitan para conseguir la integración en la vida cotidiana de las personas con alguna diversidad funcional, como Ainhoa. Fijate: un cable, un interruptor, un ratillo de trabajo. Ese ratillo de trabajo a lo mejor es la clave, ¿no?. Ponerse, leche, ponerse. Voluntad, pues, ¿no?
Como en casi todo.
¡Qué maja la cría, me la imagino en su ofi, ahí, dándole! Pa comérsela.