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LaMima

Cosas que aprender

Cosas que aprender

Visitar lugares nuevos con Ainhoa es un verdadero ejercicio de autocontrol que llega a límites insospechados si el lugar, además, está repleto de niños.

Desde hace mucho tiempo y casi de forma inconsciente practico la que llamo “técnica de España va bien” cuando paseamos juntas: procuro sonreír (lo digo siempre: con ella es fácil) y evito en la medida de lo posible fijarme en la gente que hay a mi alrededor para no reparar en posibles miradas indiscretas.

Normalmente el truco me funciona de maravilla pero claro, hay días que la cosa falla. Hace poco viví uno de esos momentos.

Llegamos al parquecillo que hay en unas conocidas instalaciones deportivas de Zaragoza y enseguida reparé en dos niñas de unos 7 u 8 años que comenzaron a hacer todo tipo de gestos, cuchicheos y risillas maliciosas señalándola. Mientras, de otro rincón surgió un niño con una superpistola de agua y se lió a vaciarla sobre mi hija ignorando por completo al resto de chiquillos que estaban alrededor…todo para ella.

Tragué saliva (una mujer a mi lado volvió la cara avergonzada) y le dije con toda la calma que encontré:

.. Oye, ¿por qué le tiras agua?, anda, déjala tranquila.

El chaval me miró serio y se fue con la pistola a otra parte. Entre tanto, las “niñacas” del principio continuaban la juerga a nuestra costa y yo buscaba con la mirada a sus padres esperando ayuda. Nada: nadie parecía tenerlas a su cargo.

Durante un buen rato sopesé la conveniencia de acercarme y decirles cuatro frescas, (o ¿sería mejor una buena ironía?) pero rápidamente abandoné la idea: me hervía demasiado la sangre, hubiese sido capaz de soltarles un sopapo a cada una. A veces me pierden las formas y esa tenía toda la pinta de ser una de esas ocasiones.

Vale, yo estoy acostumbrada a verla y seguramente los niños de 6, 7 u 8 años que andaban por allí ese día jamás habían estado al lado de alguien con enanismo pero, ¿tantos aspavientos?¿es necesario señalarla, reírse, torcer el gesto y girar a su alrededor con tan poco disimulo?¿de donde viene realmente ese tipo de reacciones?....

Se que estaréis pensando aquello de "los niños son crueles" pero mirad, yo creo que no. Los niños tienen el atrevimiento propio de la ignorancia, es cierto, pero nada más. Ellos necesitan, deben y pueden aprender. 

De la misma forma que nos molestamos en enseñar a nuestros hijos a pedir las cosas por favor, dar las gracias o los buenos días deberíamos hacerles ver que todos merecemos ser respetados. Incidir siempre en ello: TODOS.

Es muy posible que en su colegio no haya nadie como mi hija (al fin y al cabo la acondroplasia tiene baja incidencia) pero me gustaría saber si tienen otro compañero/a con alguna discapacidad; si han tenido la oportunidad de enfrentarse y normalizar en su ámbito la existencia de gente diferente.

¡Ay esa Escuela Inclusiva!, cuanta falta hace. Necesitamos ampliar el campo de visión de nuestros chicos..y no precisamente desde la tele o los videojuegos. La casa y la escuela.

La prueba de lo que digo llegó enseguida: no tardó en aparecer por allí una compañera de colegio de Ainhoa y ambas se pusieron a jugar en el arenero tan contentas. 

Lo mejor de todo es que no tardó en unírseles el chaval de la pistola de agua y esta vez para jugar, de buen rollo. Creo que después de observarla un buen rato la diferencia de mi hija perdió interés y rápidamente Ainhoa se "transformó" en una niña que jugaba con otra a algo que a él también le gustaba. Simple.

Verlos allí juntos después del episodio anterior me emocionó: “no es tan difícil” pensé, solo tienen que tener la oportunidad de conocerse y aceptarse. Se me deshizo el nudo en la tripa.

Ese chavalín, con apenas cinco años comprendió; las otras ni lo intentaron.

Me pregunto donde demonios estaban sus padres en ese momento.

(La imagen viene de aquí)

10 comentarios

zerogluten -

Cuanto duelen las cosas que les hacen a nuestros hijos y cuanto te entiendo. Tu actitud fue la correcta y una lección para tu hija de saber estar y normalidad.
Hay tantas cosas que deberían enseñar en casa y en las escuelas a los niños, pero son tantas veces cuando ni en casa ni en la escuela están preparados para ello porque ni ellos mismos respetan.
Respeto es una palabra preciosa que te abre puertas y te hace grande. A muchos les hace falta aquello que decía Bruce Lee, open your mind, pero en fin, pasito a pasito.
Mil besos preciosa.

Rosa. -

No he podido evitar acordarme, al leerte, de algo que pasó el fin de semana pasado en el sitio por donde suelo ir con mis amigos a cenar: como era aún temprano, había varias familias con niños en el McDonald de al lado, y había un grupo de unos cinco o seis que estaban jugando también con pistolas de agua. Uno de ellos se fijó en una chica gordita que estaba sentada con sus amigos cerca de nosotros, se la señaló a los demás e intercambiaron alguna sonrisilla, y luego el niño la empredió también a chorros de agua con ella. La chica tendría más o menos mi edad y se ve que le daba apuro reñirle al niño, y este iba y venía a cada momento y se ensañaba con ella de nuevo. Lo peor es que los padres, y muchos adultos más, estaban sentados al lado y era evidente que lo estaban viendo todo, porque miraban cada vez que escuchaban a los chicos de la mesa de al lado apartarse y chillar (porque venía el niño con la piestola), y porque los niños iban y venían de su mesa de vez en cuando. Al final todo el mageocio estaba pendiente de lo que pasaba, la chica estaba como un tomate (y chorreando, además) y los padres de los niños como si no fuera con ellos.
Sólo les llamaron la atención cuando el mismo niño de la pistola mojó esta vez a su prima (también muy pequeña) y ésta tuvo menos paciencia que la chica y le pegó un mamporro.
Totalmente de acuerdo con lo de la escuela inclusiva, pero todavía más en lo de la familia... tienen que ser las dos cosas, no sirve de nada que fuera de casa te digan que hay que respetar a la gente si luego tus propios padres pasan del tema... quizá deberían aprender de ese niño de cinco años del que hablas tú.
Besos.
Rosa.

Encarna -

Admiro la paciencia que tienes,ERES LA MEJOR!!!!!!
Me pasa esa situacion a mi con Ainhoa y te aseguro que el "bocinazo" que les pego estarian todavia con el susto, aunque despues hubiese recapacitado.
Un achuchon pa´mis chicos.

Ybris -

Resulta curioso comprobar cómo a veces lee alguien algo sabiendo de antemano lo que va a poner en la línea siguiente.
Ya desde el principio sabía que incidirías en lo de la de la escuela inclusiva.
Y es que a los niños les basta la naturalidad de lo que ven -y se les enseña- de modo natural.
Y doy fe que sabía lo de tu "hervir la sangre" porque ya me estaba hirviendo a mí la mía según te iba leyendo.
Hay padres a los que se les debería imponer volver a la escuela, a una escuela de padres.

Besos.

elbarzal -

El problema grave, más que de los hijos, es de los padres. Lo malo es que les dejan en herencia esa mala educación, esa falta de respeto, ese no saberse comportar, y en ninguna circunstancia, además. Estoy harta de ver padres pasotas que casi prefieren que riñas tú a sus hijos si estan haciendo alguna cafrada en el parque, que reñirlos ellos. Y después esperan que el colegio supla su dejación y convierta a sus niños en seres modélicos... Creo que la escuela es muy necesaria, juega un papel esencial, pero el primero y más importante es el de casa. Los valores más importantes los deberíamos transmitir nosotros en primera instancia. Y, además, con ejemplo diario. Pero me temo que no éso no andamos demasiado bien, en general.

Un abrazo

Elena -

Te imagino, te veo y te entiendo,... ¡hasta lo del sopapo!..pero cuánto me alegra ese niño de 5 años que dejó de ver a una niña "diferente" para terminar viendo lo que es realmente, una amiguita del parque...Los padres de las otras ya quisiera yo verlos delante de un adulto acondroplásico, quizás ahí encontrases la razón de sus risas.... glup, buenas noches wapa.

Miguelgato -

El mio mayor era muy paradico y muy poquica cosa de pequeño, iba siempre por libre el solo con un palo, una hormiga o lo que fuese, pero no se si eran imaginaciones mias o tenian fijación los demas por él y tenía que ir cambiando de tercio constantemente porque le jorobaban los demás (a lo bestia) todo lo que empezaba.
Esto viene a que te comprendo, porque me daban ganas de forrar a hostias a tol bicho viviente.
Con el pequeño sin embargo estoy en el caso totalmente opuesto y a veces hay que frenarle para que no se pase, pero, y es a lo que quiero ir, tampoco hay que pisar demasiado el freno porque esos crueles de los que habláis se aprovechan de la debilidad sin compasión y un arma como mi hijo pequeño (una verdadera máquina cuando esta de mala hostia, os lo puedo asegurar)es muy buena contra ellos.

Inde -

Es completamente cierto, Mima: la cantinela ésa de que "los niños son crueles" es otro tópico a erradicar. Yo también lo veo con mis hijos.

¿No será que lo decimos para soltar nuestro propio lastre, porque nosotros sí fuimos unos niños crueles, porque reírse del gafotas, el gordo, el raro... era moneda común de una sociedad torpe y con el respeto en salva sea la parte?

Javier López Clemente -

No puedo evitarlo: Me voy por los cerros de Ubeda.

Enfrente de casa de mi hermana en Utrillas se encontraba el local de los albañiles de la empresa minera, en la puerta, sempiterno: Un montón de arena. No puedo calcular las horas que pasé mirando ese montón de arena con niños haciendo cuevas, agujeros que llenaban del agua de la fuente cercana, rebozados y felices. Entonces miro atrás y si, me veo embarrado, con las botas de agua llenas de agua pero no, no me recuerdo sobre un monton de arena, y he decidido poner solución a eso, hasta luego

Salu2 Córneos.

nubes y claros -

Hola LaMina, estoy totalmente de acuerdo con lo que dices. A los padres de esas dos niñas primeras, se les debería caer la cara de vergüenza por educarlas de esta manera, sin el más mínimo respeto.
Muchos besos.