Tiempo
Me quejo con frecuencia aquí y en los blogs amigos del agobio que me supone hace mucho la falta de tiempo.
En mi caso un trabajo a jornada partida, dos hijos y estar lejos de la familia para cualquier apoyo “logístico” me obliga a vivir a tropel, pero si observo a mi alrededor quienes tienen esos temas resueltos tampoco salen mejor parados.
El otro día, en la presentación de los premios de Fernando, lo pude ver claro.
Ahí estábamos un grupo de gente sin posibilidad de coincidir con cierta frecuencia en una oportunidad de oro para dedicar un rato a charlar y saborear un poco el lujo de estas amistades que han llegado de forma inesperada desde aquí.
Disfrutamos, cada uno por separado, del buen ambiente que se originó durante el acto protocolario pero cuando llegó el momento de juntarnos, de sonreír distendidos y compartir un rato “atacando al jamón” casi nadie pudo quedarse lo que quiso, no saludamos a todos los que esperábamos, todos lamentábamos sinceramente no poder quedarnos más rato..
Algo no va bien, pensé. No es posible que seamos incapaces de pasar un solo día sin quejarnos de que no llegamos.
¿Nos exigimos demasiado? ¿pretendemos abarcar más de lo que somos capaces? ¿por qué administramos tan mal las 24h. que nos hemos dado?
Urge un “reset”.
Somos inteligentes, si hombre, y seguro que hay una forma de solucionar esto. Desde luego esa solución no pasará por pretender imposibles sino, seguramente, por establecer prioridades, por valorar la pausa, por dosificarnos.
Llevamos clavada en el tuétano la cultura del “llego tarde”, esa que solo cuenta la cantidad de movimientos, la que enumera con vehemencia por todo lo que hemos pasado sin tener en cuenta como lo hemos hecho y lo que de verdad hemos logrado. Importa hacer muchas cosas..no como las hagas.
En la montaña, cuando hace bueno, me gusta salir a la terraza después de comer a leer un rato. Suelo calibrar si merece más la pena una cabezadita en el sofá (disfruto tan pocas veces de algo así) o ese momento de pausa consciente de leer con La Collarada al fondo: es un lugar tan hermoso...
Es un lujo, lo sé, pero solo si sé aprovecharlo. Si soy capaz de saborear intensamente esa lectura o ese sueño breve.
No he de plantearme si sería mejor salir a dar un paseo, ponerme una película o yo que sé.
Si leo , leo. Si duermo, duermo. Y ese tiempo es para eso y para nada más.
Después….a otro cado.
(La imagen es un cuadro de Francisco Cruz de Castro titulado: Reloj de arena. Viene de aquí)
12 comentarios
Lamia -
zerogluten -
Sobre tu reflexión, me rindo ante la más absoluta evidencia. Algo falla y yo que soy "culo inquieto" sigo manteniendo la teoría de la organización. Cuando uno se levanta, organiza el día y lo cumple todo va mejor. Pero como tu bien explicas a veces estamos haciendo algo pensando en hacer ya otra cosa. Nos dejamos llevar, no damos importancia a las pequeñas cosas y nos da la sensación de no haber aprovechado todo el tiempo al máximo.
Supongo que deberíamos aprender más a apreciar que a exprimir.
Intentaré aplicarme mis propias teorias.
Besitos
Isabel -
Soy de las privilegiadas con apoyo logístico de urgencia, pero a veces también da un poco de "palo" abusar de esa situación. Todos tenemos derecho a descansar y a disfrutar.
Una solución fácil y rápida? Un bloggellón con un cuentacuentos a las 19h00. Iríamos blogueros y bloguerines y todos estaríamos entretenidos. Sería una cuestión a plantear a Gabriel... ;-)
Besos.
harry Sonfór -
Luisa -
Stoy con todos, y mucho con Inde. Y con del tiempo mareado.
¡Me voy, me voy, me voy...!
(¡Eh!, Alicia en el Pais de las Maravillas)
jio -
siempre trato de hacer lo mismo que el principito... tratar de caminar en pos de una fuente con mi tiempo....
o como momo, disfrutar, hablar y escuchar con quien se está al margen de los odiados hombres grises....
naaaaaa... el siglo xxi y el tiempo mareado.
Rosa. -
Besos.
Rosa.
Inde -
Definitivamente, como bien dices, algo estamos haciendo mal.
39escalones -
Besos.
laMima -
Si, tendré que intentar eso de la meditación, igual así aprendo...
koldo -
una llave es la meditación: a mí me permite vivir el tiempo (a veces) con otra calidad
Ybris -
No tenemos solución mientras no tengamos tiempo disponible para perderlo mirando a lo lejos.
Y, además, que no nos dé vergüenza reconocerlo.
(Quizás un a semana solos hasta el aburrimiento... ¿verdad?)
Besos.