Aprender a respetar
Ainhoa se enteró la semana pasada de que no iba a crecer.
Se encargó de informarla un niño en el colegio (no quiere decirnos su nombre) y, aunque sabíamos que iba a llegar este momento, la confesión nos dejó helados: no la esperábamos tan pronto.
Tras el primer impacto tanto su padre como yo intentamos aclararle la noticia para ponerla en sus justos términos:
.. Bueno Ainhoa, sí que vas a crecer. No mucho, serás bajita, pero no te vas a quedar así mujer.
Es complicado encontrar la manera de explicar a una niña de tres años y medio algo así.
No podemos negarle que va a crecer, porque así será, pero desde luego sus expectativas no son las de un niño cualquiera y eso ha de tenerlo muy claro desde el primer momento. Es importante no engañarla, ha de asumir quien es.
Además conviene dar estas explicaciones sin que se note que llevas las tripas encogidas por el puñetazo, porque en caso contrario solo puedes conseguir que no te cuente nada para evitar el sofocón. O la mala hostia, que de todo te pasa por la mente.
A pesar de estos inconvenientes parece que nuestra respuesta (de su padre y mía , en dos momentos diferentes) la dejó conforme: dejó de llorar. Eso sí, está claro que el tema le sigue rondando por la cabeza. De vez en cuando la sorprendo murmurando y consigo entender la palabra "crecer" entre la retahíla, pero cuando le pido que me aclare lo que ha dicho se hace la sueca. Me muerdo la lengua e intento aparentar indiferencia, mejor no insistir.
He pedido cita con su profesora para hablar de cómo ha ido el curso (sobre todo de cara a que el año que viene vendrá una nueva) y comentar este asunto. No pretendo sacar las cosas de quicio: estoy segura de que a lo largo de este año algún niño con aparato en los dientes, gafas, orejas grandes o cojo habrá tenido que aguantar "declaraciones" semejantes de sus compañeros..pero creo que, también por ellos, no estará de más dar un toque de atención.
Desgraciadamente su profesora no estará el curso que viene, pero quisiera aprovechar el incidente para plantear de nuevo la conveniencia de hacer un trabajo en el colegio a propósito de la discapacidad, del respeto a quien es diferente y quizá ella, tras un curso con mi hija, tenga más fuerza para insistir en su conveniencia.
Tenemos material para ello, no hay que estrujarse mucho la cabeza. Ya hablamos aquí de trabajos como Cuentos para soñar un mundo mejor o de la Guía didáctica de la discapacidad para Primaria que nos descubrió Luisa hace un tiempo. Sin ir más lejos yo entregué en el colegio, al comenzar el curso, material que me facilitaron desde la Fundación Alpe y, concretamente, este pequeño cuento que editó la propia fundación para explicar la acondroplasia a los niños.
Me gustaría saber si alguien se ha molestado en mirarlo o en trabajar un poco con él pero creo que imagino la respuesta.
En fin. Aun a riesgo de parecer una pesada que diferencia a su hija (sic) voy a volver a la carga. Es importante. Sé que durante el curso su aspecto ha generado muchas simpatías de algunos de sus compañeros (es evidente cuando caminas con ella por el recinto) pero también que no han faltado los insultos y he de intentar poner coto.
Es carne de cañón, lo sé. Además ella no es el patito feo que luego va a convertirse en un cisne, Ainhoa es lo que es y lo será siempre, así que hay que trabajar para que sus compañeros aprendan a respetar su diferencia y la tomen como un rasgo más, como quien es rubio o moreno.
Es difícil, seguro, pero lo será más si dejamos pasar el tiempo. Si desaprovechamos la oportunidad que también tienen esos niños de aprender a convivir y nos escudamos en aquello de "los niños son crueles" (que lo son, la ignorancia a veces es perversa: pues vamos a enseñarles) o "siempre han existido las burlas hacia el débil" (¿nos quedamos así?).
Quizá consigamos que alguno de sus compañeros se replantee su postura hacia ella o hacia otros niños con dificultades. No es tan descabellado creo yo ¿no?, dudo que haya 800 niños-bordes en ese colegio. Los niños con problemas, los niños como mi hija, se merecen el intento.
21 comentarios
Antonio -
¡Muchos besos!
Capi -
Un abrazo vecina:-)
Inde -
Y es que tú, LaMima, no nos das las cosas mascadas, no hablas "ex cathedra", no das lecciones académicas, cerradas y frías. Transmites lo que va pasando, cómo vais aprendiendo vosotros, las dudas que te planteas, los (grandes) logros y sucesos cotidianos. Y eso invita a participar, porque haces que nos planteemos estar en una situación determinada, que vivamos los mismos interrogantes, y eso nos hace reflexionar, involucrarnos, tratar de aportar.
Supongo que a veces acertamos y otras no, claro. Pero es una semilla que lanzas al viento y que, como está preñada de sustancia, fructifica, ya lo creo que sí. Y lo hace, ya lo ves, desde el cariño: el que tú muestras, el que todos os tenemos.
Yo, en esta historia, tengo todavía la duda de que ni el niño ni los padres tuvieran mala intención, ni insensibilidad; quizá sí torpeza. No sé cómo fue la historia, pero, aunque está visto que a Ainhoa le dolió, puedo imaginar la situación de un niño que ve a una compañera más chiquita, y pregunta a sus padres, y los padres, que no saben bien ni lo que dicen ni el daño que pueden causar, van a la explicación más simplona que se les ocurre. Y puede que fuera sin mala voluntad, sin calcular que luego el crío se lo iba a soltar, hala, patapum, a Ainhoa...
En cualquier caso, y por muchos esfuerzos (necesarios, desde luego) que se hagan por sensibilizar al personal, siempre habrá gente borde que se meta con ella. Del sector infantil o del adulto. Y hay que pertrecharse frente a eso, para afrontarlo bien.
Luisa, viva voce, te dio la clave: fortalecerla a ella. Ahora, eso sí: eso... ¿cómo se hace?
Seguramente lo iremos descubriendo, e incluso procuraremos participar en lo que sepamos y podamos, a través de este blog. De este queridísimo, sincero, honesto y necesario blog.
Mil besos.
Xiketä -
Es admirable la fuerza que teneis.
Besos
Hermi -
entrenomadas -
"Pero muchas ignorancias vienen de casa. Cuando escuchas a un niño o una niña en el aula, estás escuchando y casi viendo, como son sus padres"
Precisamente por eso dar la batalla,que eso es lo que haces tú en el colegio es necesario.
Ojalá mucha gente lo hiciera.
Besos,
Marta
Fernando -
Elena -
Ayer en el parque fue Paula corriendo a ver a dos amiguitas del cole, cuando llegó ví como se daban media vuelta sin decir nada y se marcharon despreciándola...así que las llamé y como las conocía les dije "os gustaría que a vosotras os hicieran lo mismo, que fuerais con alegria a ver a una amiga y os correspondiera así"...y no se lo dije tanto porque despreciaron a mi hija, sino porque creo que en esos momentos, cuyas madres estaban apartadas, esas niñas necesitaban saber de boca de una mamá que el desprecio duele, y que no es bueno. Obviamente me tocó luego reproducir la situación a las mamás (ya sabes, por los malos entendidos) y las dos les dijeron los mismo que yo a sus hijas... Siempre es mucho mas facil pasar de lo que hacen nuestros hijos y aprobar lo que hacen o digan sin mirar mas allá, y eso, no es bueno para ellos. Si surge, en casa hablamos de las diferencias de cada persona y de lo aburrido que sería el mundo si todos fuesemos iguales... hay un trabajo de padres fundamental en el cerebro de esos niños, y al igual que tú, y yo, y muchísimas mas madres, deberían añadirse aquellas cuyos hijos se ríen de las diferencias que otros tienen con respecto a ellos. Seguramente si los miráramos bien, encontraríamos "algo" de lo que reirnos de ellos,.... pero no, no somos iguales.
Un beso Inma. Elena
laMima -
Supongo que vamos dando pasos, y que mi hija va poco a poco viéndose a si misma tal como es.
El próximo curso el cole tendrá nuevo equipo directivo, creo, y volveré a la carga con esa idea de que los chavales abran sus ojos a gente diferente.
Nunca sabré en que tono le dijeron a mi hija esa frase, pero le dolió, y por eso a nosotros también nos ha dolido. Es normal e inevitable.
Pero de todo se aprende..y se puede seguir aprendiendo. Eso si, a ser posible, con cariño.
Besos a todos.
Javier López Clemente -
Yo sabía que tenía razón pero era la primera vez que lo oía.
Pasados los años me miro alguna vez en uno de esos espejos gigantes de las tiendas que visita mi chica para revisar todos los vestidos y, que quieres, yo no me veo tan paticorto.
Un beso, a la niña, a la mama y al papa.
Salu2 Córneos.
Fernando -
Para que me entiendas: mi padre murió cuando yo tenía seis años. Pues se ve que a mis compañeros de clase sus papás les dijeron que eran afortunados por tener con ellos a su padre y a su madre, algo que en principio parece muy loable. El problema viene cuando alguno te dice eso de que "tu has tenido mala suerte y yo no", y no te lo dice necesariamente con mala intención, pero te deja hecho polvo...
SantIP -
Y, también es cierto, "los niños son crueles", tan crueles como sus padres. Un niño de tres años no sabe que Ainhoa no crecerá mucho, pero sus padres sí. Con los padres también habría que trabajar. No dejan de ser el espejo en el que se reflejan sus hijos.
Un beso, espero que todas estas opiniones te hayan ayudado a pasar el trago.
Todo-a-un-leru -
Es posible que todas las personas que leyeran el cuento no lo trabajaran, pero que no lo hicieran todas, no quiere decir que no lo hiciera ninguna... seguramente entre esas personas hay quien ha logrado extraer la enseñanza que contiene el cuento y que la pone en práctica.
Por otro lado, como tú dices, tarde o temprano Ainhoa os iba a hacer esa pregunta, quizá no esperabais que fuera tan pronto, pero de todos se lo habéis explicado de un modo que ella pueda entenderlo y asumirlo, y seguro que vuestras palabras y vuestra actitud hacia ella harán que lo asuma, se acepte como es y vaya aceptándose en la medida que vaya creciendo y comprendiéndolo cada vez más. Pienso que, como cualquier otro tipo de enseñanza, es mejor si empezamos desde pequeños.
Por lo demás, niños bordes siempre los hay, y todos en algún momento nos comportamos un poco bordes: algunos comprenderán y cambiarán y otros no. En la escuela no puedes llevarte bien con todo el mundo, y cuando te echas algún "enemigo íntimo" discutes con él, peleas, insultas y te insulta (y también en algunos casos la vida da una de esas vueltas y se acaba convirtiendo en tu amigo del alma, te lo digo por experiencia), pero llega un momento en el que comprendes que las palabras de alguien con quien siempre te has llevado mal y que no tienen más intención que la de fastidiarte no son tan importantes.
También en la escuela se hacen amigos estupendos que duran toda la vida.
Muchos besos, y os felicito por vuestra reacción, creo que fue la mejor.
Rosa.
almena -
Y admirable tu lucha de cada día por el respeto a todos, a cada uno.
Un besazo
Isabel -
Y yo tomaré nota y lo aplicaré en mi casa.
Un beso.
patri -
A mí me gustaría saber si mi hijo le falta el respeto a otro niño y por qué, para poner remedio a una burla que no tiene sentido. Claro que nuestros hijos pueden aprender a respetar como aprenden a leer, y es su obligación.
Siempre te digo que lo haceis fenomenal con Ainhoa, que vais paso a paso, poniendo solución a cada problema y que no será igual tu explicación del otro día a la que le dés dentro de 2 ó 3 años, o lo que hablaréis cuando tenga 12; pero os vais preparando día a día y tenéis, siempre, un muy buen apoyo y, sobre todo, el mejor criterio. Un beso
Luisa -
Por eso, creo que haces bien en aprovechar la circunstancia para intentar ahondar en la dirección de la sensibilización en el colegio. Seguramente eso también le sera útil Ainhoa. Se me ocurre que en la medida de lo posible no estaría mal que ella se sienta implicada en esa labor un poquito. Será parte de su vida de ahora en adelante.
Un super, super beso.
Os quiero.
NUEBA RASMIA -
Por otro lado, cuando una persona quiere sacar un tema de conversación de forma natural como ha hecho Ainhoa, (tú no hiciste nada para sonsacarle), es que YA tiene asumido lo que ha pasado. Lo malo sería que no os hubiese dicho nada. Ainhoa ya debía saber que no iba a crecer mucho, pues tonta, por lo que me has comentado, no es, será bajita pero tonta no.
Ahora ¿Qué es lo que ha pasado? Pues ha ocurrido lo siguiente:
Ella ha visto que no pasa inadvertida entre sus iguales, COSA MUY IMPORTANTE. También está asimilando otras posturas sobre sí misma, (proceso por el que pasamos todos los seres humanos). Al mismo tiempo y al decíroslo, asume la opinión del otro y os lo dice para ver que opinión tenéis al respecto. Yo veo que Ainhoa está creciendo normalmente.
Siento ser tan "radikal" com o el Dr. House, pero yo he vivido algo parecido, ya sabes, y con el tiempo, he llegado a ser maestro, y todo lo qe YO he querido. A partir de ahora, empezará a ir todo mejor, porque los niños vben como es Sinhoa, ella se vé a sí misma y ella sabe que lo sabéis y a la vez, vosotros sabéis que ella lo sabe.
Besicos y perdona si mis palabras te han hecho daño.
"Lo importante de caerte es que te puedes levantar con más RASMIA".
Cuando quieras hablamos.
chispis -
suerte con la profe y todo mi cariño para ainhoa y para ti.
sólo un apunte y para que veas que nada de lo que haces cae en saco roto: desde que te leo he cambiado 180 grados mi concepción de la discapacidad, la diferencia. tu mensaje llega alto claro y muy digno: respeto.
así que no pierdas la fe, que al menos en los que te leemos ya has dejado huella y eso va para nuestros hijos a los que les vamos a transmitir ese mismo mensaje.
tú vales mucho. gracias por lo que nos enseñas.
besotes.
Mamen -
No está de más que se lo comentes y recuerdes a su profesora, que seguro que no se ha enterado por lo que sea, y que retomará el caso.
Quiero creer que han trabajado el cuento y que se han mirado las guías como lo hemos hecho nosotros en el centro. No es frecuente encontrarse con padres que se preocupan y aportan como tú lo haces. Gracias.
Pero muchas ignorancias vienen de casa. Cuando escuchas a un niño o una niña en el aula, estás escuchando y casi viendo, como son sus padres.
Y que hay que asumir que hay gente que tiene y tendrá la sensibilidad en el "culo".
Ánimo y mueve todo lo que tengas que mover. Ahí, contigo, estaremos también las demás.
Un beso.
Ybris -
Admiro tus (vuestras reacciones)
Os quiero un montón.
Besos