Creo que fue Woody Allen quien escribió una vez que el infierno está lleno de abogados y corredores de seguros...se dejó a los banqueros.
Seguro que estamos todos de acuerdo en esta afirmación, no lo dudo, pero estos días en mi trabajo hemos vivido dos circunstancias que nos reafirman en su mezquindad. A saber.
.. Transferencia de nómina. Fichero con 80 órdenes de pago una de las cuales incluye la cuenta en un banco X de un señor que está cancelada hace tiempo. (Voy a omitir el nombre del banco aunque reconozco que me encantaría decirlo...por muchas razones).
El susodicho banco X recibe la orden de abono...comprueba que la cuenta está cancelada....¡que demonios, SE LE ABRE OTRA Y PIS PAS!. Con un par oye. Y cualquier día vas tú, se te olvida el DNI y te dicen que vuelvas otro rato....¿que no?
La segunda es aún mejor.
.. Otra transferencia de nómina, otros 80 señores. Nuestro banco Y recibe el encargo de emitir los pagos y comprueba que la cuenta de uno de los trabajadores es errónea: el código de banco es incorrecto (si, no me preguntéis como es posible que el ordenador haya admitido un número de cuenta de un banco que no existe..¡porque el banco 0340 NO EXISTE!).. lo suyo es que nos hubiesen llamado para decir que no podían hacer esa transferencia porque había un error ¿no?, pues no.
Hacen una búsqueda rapidilla y comprueban que ese trabajador tuvo en su tiempo una cuenta con ellos que canceló convenientemente pero que, misteriosamente, permanece en el limbo bancario y ha devengado 80 eurillos de gastos diversos....pues NO PROBLEM. Le abonamos la nómina allí, nos cobramos los 80 eurazos y que venga cuando quiera a recoger los restos.
Como diría aquel: "pa mear y no echar gota".
Eso sí, también hemos tenido el caso de intentar retroceder una transferencia, también de nómina, al comprobar que hay un error en la misma y oírnos aquello de: "no puede ser. El sistema es AUTOMATICO, no podemos modificar un fichero que ya nos habéis enviado....." grrrrrrrrr
Hace tiempo que me hierve la sangre cuando publican a bombo y platillo sus magníficas cuentas de resultados haciéndonos creer que son unos gestores financieros que te cagas, lo que son es....me voy a callar, que no se puede empezar así el día. ¡Al infierno con ellos, vaya!
(La imagen corresponde al cuadro "El banquero y su esposa", de Marinus Van Reymerswaele, 1539;Museo del Prado)