Mi tía Tere
Pronto hará un año que murió.
Fue tan repentino, me pilló tan fuera de juego, que no pude asistir a su funeral. Aun me arrepiento, tendría que haberlo intentado.
Mi tía Tere era la hermana mayor de mi madre. Mi padre (siempre tan aficionado a colgar motes y dominguillos a todo zanquilimanqui) la llamaba “pasoslargos” porque por lo visto de joven, cuando volvía de “festejar” con mi tío Alberto, ella solía cruzar la vía del tren a grandes zancadas y a él le hacía gracia.
Para mí, acostumbrada a ver a mi familia de ciento a viento debido a las distancias, era la tía más cercana. Mi tía.
Cuando íbamos a Bilbao, a casa de mi amama Amalia en Iturribide, me faltaba tiempo para llamarla corriendo y que viniese a por mi o saliese a buscarme a la parada del autobús (RECALDEBERRI 4). Recuerdo que mi madre me metía ropa en un par de bolsas de plástico y me dejaba marchar, solica, (que tiempos) hasta allí. A mi tía Tere le sabía a rayos que me llevara la ropa en bolsas, siempre murmuraba “compra una maleta para la criatura, hombre”…
Me trataba siempre con arrestos: yo he sido una niña con mucho carácter y creo que a ella, acostumbrada a la dulzura de mi prima Elena, la sacaba un poco de quicio. Supongo que le hacia gracia ver mi genio y mis escándalos (soy muy visceral cuando río o lloro lo hago con todo mi cuerpo) pero no me pasaba ni una. Hacía bien. De cualquier forma era de esas personas que, en la riña, sabe demostrar su cariño. Yo lo recibía.
Sobre todo recuerdo que su mayor vicio era cenar siempre lo que había sobrado de la comida:“…y esto, y esto, con un huevito para la noche”. Ahí la tenías, colocando en un plato un poco de col, unas alubias, un filete de pollo y a la nevera. Luego, a la noche, freía un huevo y lo echaba allí. ¡Le sacaba chispas al “combinado”!. También recuerdo que el pan tostado olía mejor cuando ella lo hacía.
Mi tío Alberto, su marido, es andaluz pero de esos sin acento. Un hombre reposado y metódico a quien la diabetes está dejando ciego sin remedio (que crueldad para un lector empedernido como él) y la vida, al llevársela, seguro que le ha dado el peor de los vuelcos. Siempre me parecieron una pareja envidiable, era tan evidente que se querían.. Mi tía siempre estaba pendiente de sus comidas de régimen y de cuidarlo; él la trataba siempre con un cariño inmenso. Hasta yo que era una cría me daba cuenta.
Creo que tal día como hoy hace un año hablé con ella la última vez. Los hermanos habían quedado a comer juntos en Bilbao, pretendían inaugurar una tradición que no ha podido ser, y yo llamé cuando debían estar paseando juntos por El Arenal. Mi madre, en su torpeza, había accionado el altavoz de su móvil y todos oían nuestra conversación. Enseguida escuché a lo lejos a mi tía Tere:
.. Que te estoy oyendo, cuida lo que dices
.. ¡Hola tía!, ¿Cómo estáis?
.. Muy bien hija, ¿y vosotros?¿y la chiquitina?
.. Estupendamente tía. A ver cuando la llevo por ahí para que la conozcáis, ya verás que es una muñequita
... Esta semana te mando un regalito para ella. Y también para Daniel
... ¿Qué tal Elena?, ¿y el tío?
.. Elena bien. Tu tío ahí anda con lo de la vista… pero todos bien
... Un beso tía
... Ala, si, muy bien.
Y ya está.Que pena.
No se me ocurre nada para homenajearte como debiera, tía. Un beso tremendo.
10 comentarios
Lissette -
Bendiciones para ti y para tu familia.
LAMIMA -
maite -
chispis -
LAMIMA -
chispis -
a mí me ha parecido un bonito homenaje, mencionarla aquí con esa emoción y con tanto cariño.
un fuerte abrazo y gracias por este bonito blog :)
inde -
LAMIMA -
¿Sabeis?, sois las únicas que conocéis ahora este lugar, veo que he elegido bien.
Un beso a las dos.
Leodegundia -
Me alegra que estés mejor. Un abrazo
almena -
Seguro que lo sabe y está contenta.
:-)
Un beso!