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LaMima

Al final...una solución desde casa

Al final...una solución desde casa

Acabo de enviar un correo a Bambino para que detenga el contador.

No estaba muy segura de hacerlo pero lo cierto es que la adaptación que Ainhoa necesitaba para ir al baño en el colegio ya está preparada y lo suyo era que lo supierais.

Claro que la cosa tiene truco y es muy simple: esa solución no ha partido del centro sino de mi casa. Si, ya; era de esperar.

Ya os comenté en enero que habíamos empezado a tomar cartas en el asunto comprando un reductor para el inodoro.

Desde aquel momento hice varias llamadas (sin éxito) para ponerme en contacto con el orientador e insistirle en que seguía haciendo falta "algo" para que mi hija pudiese sentarse solita en el baño. Silencio. Ninguna respuesta.

Hace dos semanas llamé de nuevo y cual fue mi sorpresa al enterarme de que desde comienzos de año era otra persona la encargada de estas labores de coordinación (¿por qué no me lo habían dicho antes?) y por lo visto nadie la había puesto al corriente de nuestro "asunto" (o al menos eso se me hizo creer) así que tuve una larga conversación telefónica con la sustituta.

Le conté (un día de estos preparo un manual) que mi hija iba a tardar bastante tiempo en poder acceder al baño sin ayuda y que desde principio de curso estaba claro que había que preparar alguna adaptación.

Le hablé de la importancia que tenía para su integración y su propio desarrollo personal el facilitarle el acceso autónomo a cualquier actividad del colegio como el resto de sus compañeros y creo que me entendió.

Me dio la razón, claro, supongo que por la evidencia de mis argumentos aunque quizá al otro lado del teléfono la pobre cabeceó sin parar durante una conversación que no le interesaba o que pensaba que no le correspondía (al fin y al cabo todo ese equipamiento tenía que haber estado listo desde principio de curso, cuando había otra persona en ese puesto). Vete a saber.

Lo cierto es que me consta que esa misma tarde visitó la clase de mi hija, habló con su profesora y ésta, al día siguiente, me dijo bajito: "buscad alguna escalera pequeña un poco más alta que este taburete. Ahora no necesita más. Si estáis esperando a que ellos hagan algo terminaremos el curso como estamos".

Si, seguramente ahora bastará con eso. Hemos notado que la fisioterapia va haciendo su efecto: tiene más fuerza y parece más segura a la hora de subirse a los sitios, mas estable. Supongo que poco a poco va cogiendo el tono muscular que necesita para compensar la desproporción de su cuerpo.

Así que eso hemos hecho. El otro día su tía le trajo una especie de taburete azul de plástico con dos peldaños y desde el martes lo tiene en el baño del colegio. Al principio debía pedir ayuda para subir pero hoy nos han dicho que ya lo ha hecho ella sola. Bien.

Paramos pues el contador.

La verdad es que yo no lo haría porque en el fondo el problema me parece que sigue abierto.  Reconozco que la desidia que han mostrado con el tema me ha decepcionado profundamente y creo honestamente que su actuación no ha sido correcta. Y no lo entiendo, que demonios pero ¡bah!.

Mi hija, ahora ya, puede solucionar su problema con un simple taburete. Otros, a este paso, seguirán necesitando una escalera mucho más larga para cumplir bien con su trabajo.

(La foto es también de Jose Manuel Roy. Este viaje suyo al Perigord me está viniendo que ni pintado)

12 comentarios

Ana -

Bravo!...por esa Ainhoa guapa y valiente, que vá subiendo poco a pocos los escalones y se rie de esas Instituciones, llenas de papeleos y números.

Al carajo, con ellas !!

Un abrazo a esa familia maravillosa que tiene.

Lamia -

Querida Inma, felicidades por vuestra constancia. Frente a la incompetencia de las instituciones.

M.M -

Pues la verdd que no, no es la manera ni el modo más apropiado para resolver el tema. Consiguen que te canses de esperar después de desesperar. Insensibles e incompetentes, eso es lo que son muchos.

entrenomadas -

Ya imaginábamos. Una escalera, un peldaño que subir, un paso más a lo que es justo.

Besos,

Fernando -

Hola, no he recibido el correo, pero lo he leído aquí. Me alegro de la superación del problema haya llegado. Quito el contador, pero si quieres que ponga alguna otra cosa, me dices. Un beso.

patri -

No puedo entender cómo algo tan sencillo (aparentemente) es tan difícil de solucionar para el colegio. ¿Acaso la persona encargada de esto no tiene un puntillo de pundonor? Yo siempre me he sentido contenta cuando he podido ayudar a alguien que lo necesitaba... ¿no necesitan estar contentos con su trabajo? ¿no quieren sentirse bien con lo que hacen? Yo no podría dormir tranquila.
Y por supuesto que no quitaría el contador, que sigan subiendo esta larga escalera¨(la de las tareas pendientes)día tras día y que sientan vergüenza con cada peldaño. Un beso, familia.

Todo-a-un-leru -

Pues sí, "agridulce", como dice Mamen, es la palabra... pero Ainhoa ya tiene su adaptación (de verdad, una cosa tan sencilla y no son capaces de hacerla?? no consigo entenderlo), y me alegro mucho de que ella vaya haciendo progresos :)
Eso sí, a los que tenían que haber proporcionado la solución, no queda más remedio que desearles (ya que desde aquí no se los puedo dar) unos buenos tirones de orejas, anda que ya les vale...
Muchos besos.
Rosa.

Inde -

Sí, lo imaginábamos todos, esto...

A algunos no es que les quede una larga escalera por delante para cumplir su trabajo: es que aunque el camino lo tuvieran a piso llano daría igual, porque lo que les falta es, simple y llanamente, voluntad.

¡Bravo por los progresos de Ainhoa!

Isabel -

Una buena noticia. Nos queda el mal gusto de saber que la solución no ha venido de quién debía.
Lo pasaremos por alto si es lo mejor para Ainhoa.
Un beso.

Mamen -

Un peldaño más.
Todo por ella.
Un abrazo.

mamen -

Una noticia agridulce, diría yo. Esto es surrealismo puro, que al final el arreglico tenga que venir de casa.
Lo mejor, vosotros que estais abriendo brecha en estos amuermados ¿profesionales? de la educación especial.
Y un gozo saber que la niña progresa.
Besicos.

Ybris -

Pues no parecía tan difícil. ¿no?
Sobre todo para quienes están al tanto de la capacidad muscular de las piernas de Ainhoa.

Me alegro mucho por todo (incluida sobre todo esa formidable familia)

Besos (y a Ainhoa un montón)