Esas cinco cosas que igual no sabéis de mí
Me acabo de dar cuenta que estoy entre los cinco "elegidos" por Bambino para contar cinco cosas que todavía no sepáis sobre mí.
La verdad es que tengo poco misterio. Como le decían a mi amiga Patri: si me miras a los ojos puedes saber lo que cené anoche. Además como escribo tan aceleradamente como hablo seguro que en el blog he dado mas pistas de las que puedo recordar pero bueno, a ver que se me ocurre.
- Soy muy extrovertida, me encanta la gente y hacer risas y hablo como una cotorra de cualquier cosa. Eso sí, no tengo punto exhibicionista. Vamos, que lo de hablar en público no me atrae nada (para el Congreso de Gijón me tomé una jartá de Sedatines o nosequés homeopáticos que me dieron en la farmacia para poder mantener el tipo. Fue horrible).
- Mi comida fetiche es el chorizo. Me da igual como: pamplonica, de lomo, curado, picante, dulce, de jabalí, chistorra....me molan todos. Cuando era pequeña tuve una temporada (larga) que cenaba todas las noches una tortilla con chistorra. La comida que he odiado siempre son las alubias (especialmente las colorás) y mi madre me chantajeaba guardándome el chorizo aparte y no me lo daba hasta que no me terminaba el plato (si, cruel).
- Soy muy llorona. Viendo películas (hace poco viendo La Milla Verde me di un sofocón que te cagas), cuando estoy feliz con algo (ahora que Ainhoa está tan graciosa hablando se me arrasan los ojillos muchas veces al oírla y también cuando cuento las ocurrencias de Daniel), en una buena conversación con un amig@. Seguramente lloro mas por cosas buenas que por la malas, mira. Parece que el llanto de dolor es mas gordo, y le cuesta salir. Eso si se me ponen los ojos como fenómenos...
- Tengo un complejo de gordura crónico, siempre he tenido claro que "no iba a poder vivir de mi cuerpo". He sido una niña gorda y desde los 20 años creo que hago uno o dos regímenes al año. Mi cuerpo es de economía de guerra (siempre digo que en una hambruna sería la última en morir) y me engorda hasta el aire creo yo. A temporadas me obsesiono demasiado y me llega a afectar muchísimo, yo diría que demasiado. Ahora que los 40 empiezan a pasar factura y mis hormonas empiezan a ir por otros derroteros tendré que empezar a relajarme con el tema pero no sé yo. Además es importante que solucione de veras este tema por lo que pueda repercutir en mi hija.
- De pequeña cantaba muy bien, de echo participé en varios coros (incluso de solista) cuando vivía en Sangüesa. Luego el ducados hizo estragos en mi garganta y aunque dejé de fumar hace ¡CINCO AÑOS! la cosa no ha vuelto a su ser del todo. Envidio mogollón a quien canta bien: lo que daría yo por tener la voz de Whitney Houston, o de cualquier cantante de soul...
Uf, ahora rellenaría tres páginas con mas cosas....¡si es que me pierdo con la tecla!.
8 comentarios
Chepi -
Pero claro, llega un punto en que tanta información no cabe en nuestra cabecita. Así que esta información acumulada empieza a distribuirse por todo el cuerpo. Y ahora lo entiendo todo .
No nos sobran kilos!!
PARA TODAS LAS MUJERES ESTUPENDAS QUE ANDAMOS POR AHÍ ..
Por lo demás eres estupenda,no cambies. besos
Ana -
Niña tu eres...joconuda!
Leodegundia -
Por lo de gorda no te preocupes, lo importante es ser feliz aceptándose como es una.
Un abrazo
Fernando -
Fernando -
patri -
chispis -
qué bonito es conocerse a través del blog.
besotes.
inde -
Así que añado otras pocas: lo más bonito que cantaba LaMima era el Haurtxopolita (¿se escribe así?), se lo pedíamos siempre los amigos (como venga al próximo bloggellón, le gastamos esa "putada", ¿vale?); tenía una melena larga y preciosa que envidiábamos todas las chicas de la clase; tiene un punto optimista que la hace ser más superviviente aún que su perfecto organismo de guerra: la recuerdo en mitad de uno de sus periódicos regímenes preparándose a comerse unas tristes espinacas hervidas... y dibujando con esas espinacas en el plato una cara verde y sonriente.