Sobre ser diferente
(El cartel es del genial Guillermo Mordillo. Uno de los referentes de mi época universitaria) Supongo que no aceptar las diferencias es un ejercicio no solo de soberbia sino de la más pura ignorancia. (No me digáis que no es mas bonito ese tejado rosa. Bueno, igual no gustaba a todos; mi hijo me diría que nanay, que es de chicas. Vale, pues para él verde). Claro que es distinto buscar ser exclusivo y pintar tu tejado de un color chillón, a ser distinto a los demás sin querer y sin remedio. Eso cambia, y mucho, las cosas. Recuerdo muy bien, tras el nacimiento de Ainhoa, haber tenido un ataque de pánico, de esos que explotan por dentro, pensando a gritos: "¡¡YO NO QUIERO SER DIFERENTE!!". En aquel momento no me atreví a decirlo en voz alta; lo hago ahora consciente de que nosotros ya somos diferentes, me guste o no. Hoy veo las cosas de otra forma. Diré incluso que en mi diferencia, o en la que me ha traído mi hija, encuentro una fuerza que desconocía. Estar aquí me ha abierto otro mundo, me ha dado otra visión de las cosas, está resultando como un revulsivo, si. De hecho, seguramente, no estaría escribiendo esto sin Ainhoa durmiendo plácidamente en la habitación de al lado.. A veces me pregunto en que rincón dentro de mi dormían hasta ella todas estas cosas de las que ahora escribo, pienso y me mueven.
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12 comentarios
galafer -
isabelbarcelo -
Mamen -
La palabra amor, con 3.364 votos, ha sido el término elegido por los internautas hispanohablantes como el vocablo más bello de la lengua castellana. Libertad, paz, vida, azahar, esperanza, madre, mamá, amistad y libélula, en este orden, han sido las preferidas.La diferencia o la diversidad casi no se han votado, que poco iguales y diferentes nos sentimos... cada día me entiendo mejor cuando me dejo seducir por los uniformes aunque sean de Gucci
P.D. me presta un mogollón lo que escribes
Fernando -
gaia56 -
lamima -
Querida PATUS tienes mucha razón: lo importante es lo que hacemos con nuestra vida, nuestra forma de "usarla" y creo que tu has sabido hacerlo bien.
Sí LEO, yo a veces no me reconozco.
ALMENA, pronto conocerás a mi abuelo Cosme.
patus -
En algún sitio leí: lo importante no es lo que nos pasa sino lo que hacemos con ello.
Un beso Lamima para vos y tu familia
Javier -
Con apenas seis años tuve que llevar gafas ya, eso, en aquellos años, ya me hacía diferente y era presa fácil de los compañeros más sarcásticos del colegio. Por fortuna no era yo muy susceptible a los cachondeos generalizados a mi costa y casi siempre terminaba riéndome de mí mismo.
También en aquellos años vivía en mi calle Enrique, un niño postrado en una silla de ruedas que tenía los días contados -yo no lo sabía entonces- a causa de una enfermedad que todavía hoy ignoro. Sus padres tenían problemas y su abuela cuidaba de él. Un día le dediqué un poco de conversación, yo en la calle y él en su balcón, y así varios días más hasta que su abuela me invitó a subir y jugar juntos. Tenía más juguetes de los que yo tendría jamás, pero no tenía con quien compartirlos, le visité muchas veces y jugamos mucho y hablamos y reímos mucho también, tenía una carcajada muy larga, se encanaba con facilidad y lo pasamos muy bien hasta que... empeoró.
Leyendo el post me acordaba de que las primeras veces veía más al niño "diferente", que a Enrique, pero a los pocos días no veía diferencia alguna, sólo veía al amigo. Entonces los diferentes eran los demás.
Un beso Mima
Leodegundia -
Un abrazo y buen fin de semana
almena -
:)
Un beso!
lamima -
Como si se abriese un abanico de vida.
Luisa -
Como tú, siento que he aprendido muchas cosas. Nunca lo hubiera creído ya en estos años de madurez. Desde que Daniel está con nosotros, creo que una buena parte de mi familia entiende la vida de otra manera. Pero no es mejor ni peor. Es más enteramente, más profundamente, como si hubiera siempre un plus de vida, que a veces es complicado explicar a otros.
Me ha encantado el cartel de Mordillo