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LaMima

Estampa.

Estampa.

El ejemplar de Las esquinas de la luna que Luisa me dedicó ayer con unas palabras llenas de cariño se empecina en abrirse siempre por la misma página.

Seguramente fui yo quien la dejó marcada durante la presentación, puede ser: recuerdo que fue lo primero que leí tras abrirlo al azar…y que me vi en esa estampa.

 

Dejo que el sol benigno de esta mañana llegue y me reconozca

entre los rascacielos y los postes eléctricos y los viejos solares

del casco antiguo de la ciudad.

Que me siga por

las calles abarrotadas de gente a la que conozco y puedo saludar.

Sobre la desesperación.

Que me encuentre a mí sola y a nadie más: mi piel delimitada en mí.

Dan ganas de quitarse la ropa, de tenderse en cualquier parterre de esta acera y descansar.

 

ESTAMPA. De “Las esquinas de la Luna”

Luisa Miñana.

5 comentarios

Rosa. -

Otra razón que me das para procurármelo... coincido con Ybris en lo que dice sobre esas asociaciones inexplicables...
Besos.
Rosa.

Luisa -

Pues querida Inma, me parece una buena elección por tu parte.
Siempre tan atenta, tú.

Muchas gracias a todos.

Ybris...., vaya aventura... si es que la magia de Zaragoza puede ugar algunas malas pasadas

Besos

Ybris -

Comentaba a Luisa hace un instante que ya voy por la cuarta lectura del libro.
Como me pasa con la música hay ciertas asociaciones inexplicables entre palabras, recuerdos, experiencias, emociones que hacen de la lectura un impacto bajo la línea de todas las flotaciones que los aparentemente impasibles nos esforzamos por mantener.
En este poema quedé rendido con armas y bagajes al final del todo tras acabar con el verso:
"Dan ganas de quitarse la ropa, de tenderse en cualquier parterre de esta acera y descansar."

Besazos.

(Por cierto, nada más recibir tu último SMS, justo en una gasolinera a 120 Km de Zaragoza, descubrimos que no llevaba encima la documentación. Tuvimos que volver al hotel y a los sitios donde podíamos haberla dejado hasta acabar denunciando el hecho en comisaría. Comimos en Zaragoza y llegamos a Madrid a las siete de la tarde... para encontrar al final la documentación en el fondo de una bolsa de ropa. Seguro que ya me fallan las neuronas, jeje)

irene -

Me hubiese encantado conocerte a ti también, la falta de tiempo me lo impidió, sólo te vi un instante en la firma de Luisa, en fin, otra vez será, me encanto el acto y la complicidad que hay entre todos vosotros, es envidiable.
Un abrazo.

Entrenomadas -

Pues es una inteligente manera de empezar un libro. Y sí, es precioso ese texto.

Besos, roba madres...


Marta