El niño grande
Mi querida Vesania habla hoy por primera vez de su padre en el blog: "nunca he escrito sobre él" dice....y me doy cuenta de que yo tampoco he escrito demasiado sobre el mío.
Lo cierto es que mi padre, MI PADRE, hace tiempo que no está con nosotros pero hay un hombre al fin dulce y por desgracia desvalido que sigue allí.
Dejo aquí algo que escribí sobre él esta Semana Santa. El golpe de un momento.
"Recuerdo perfectamente cuando Mari me contó que había visto crecer a Quinito al mismo tiempo que su madre regresaba a la infancia. Decía que hubo un momento en el que ambos eran dos niños y que, de pronto, su hijo frente a ella avanzó.
Yo también lo he visto. He observado su gesto enfadado cuando le obligas a sentarse, escupe las pastillas o dobla mil y una veces una servilleta sobre la mesa. Como un niño caprichoso.
Esta mañana le ha quitado los cuentos a Ainhoa y hemos tenido un curioso "rifirafe" entre abuelo y nieta. Reir por no llorar.
Si. Es como volver a la infancia"
Solo una pregunta: ¿cuando comienza la despedida?
ACTUALIZACION Robespierre deja en su comentario a esta entrada un poema que recomiendo. Dejo aquí unos versos:
.......................
Dentro de mí
renace descrecido
un niño grande;
tras cada roto axón
me acerco al objetivo,
tenaz desconexión,
ruptura programada
de todo lo vivido.
.................................
10 comentarios
Fernando -
cuando su sombra se olvida..
un hombre es hombre siempre
aunque nunca se acuerde de nada.
besos dulces
f.
patri -
Luisa -
Besos, reina.
Robespierre -
DESCRECIENDO
(alzheimer)
Olvidar
es un trabajo lento
fecundo en resultados.
Me aplico y sin esfuerzo
millones de lagartos devoran
con ritmo diluviano
marañas que habitaron
mis ayeres, lastres
pegajosos por queridos,
molestas trazas
cerebrales
de aquello que yo he sido
Un perezoso avanza en retroceso
subiendo hasta las venas
del recuerdo, su alimento;
mastica golosos sustantivos
nombres propios como amigos
desnudándome paciente
de las penas,
su diente en mi acertijo.
Dentro de mí
renace descrecido
un niño grande;
tras cada roto axón
me acerco al objetivo,
tenaz desconexión,
ruptura programada
de todo lo vivido.
A veces
las arañas se resisten
laboriosas y urden viejas
tramas que galopan
azules los destellos..
(Olor que fue verano
tu beso en mi mejilla
tu rostro junto al mío
tu mano y mi desidia )
retazos que salpican
mientras yo, jugando al
escondite
me oculto en mi guarida
carente de emociones.
¡¡Ohh!! retorno al niño
que no fui
descreciendo por instantes
¡¡atrás, atrás, al útero
gigante !!
Vuelvo a ser cuando no era,
oscuro y negro eterno
como antes
como antes de haber sido:
vacío, vacío, vacío
¡Sentid el universo pleno!
noviembre 2007
Ybris -
Yo siempre pienso que mi padre a mi edad ya había muerto.
Con el paso del tiempo hasta las refriegas son amables.
Besos.
Javier López Clemente -
Sólo yo se las veces que soñé con esa refriega entre el hijo que no tedré y el padre que no tengo.
Salu2 Córneos.
Todo-a-un-leru -
Afortunadamente, yo no he perdido a mis padres, pero sí te digo que mi abuela (que en sus últimos años tuvo demencia senil), murió de repente y sin que sucediera antes nada que nos hiciera prever lo que le iba a pasar. Quizá ella y nosotros nos "ahorramos" de esta forma pasar el trago de una despedida lenta, pero igualmente tuvimos que reponernos al de no haber podido siquiera despedirnos, y eso también es difícil... creo que es lo que dice Vesania: lo único "mejor" sería no tener que despedirse, pero eso no puede ser... habrá que conformarse con los momentos pasados.
Muchos besos.
Rosa.
Inde -
No sé seguir. Tengo aún, creo, cosas que no me he dicho ni a mí misma. No sé. Es demasiado duro.
Vesania.- -
Es como casi todo. Te quitan las cosas de golpe, o te las van quitando poco a poco...
¿qué es mejor?
indudablemente que no te las quiten...
Mamen -
A veces pienso que el complejo de Electra nunca lo he superado, lo sé, y me hann tirado de las orejas en muchas ocasiones por ello, pero...
¡Lo que habré gritado con él! pero su amor se que era incondicional, y hoy en día hay muy pocos amores así.
No sé cuando empieza la despedida, yo no pude despedirme y no hay un sólo día que lo recuerde, pero no con tristeza, sino con alegría, con fortuna...es más, mis hijos siguen hablando con un cariño inimaginable de él, y hace ya cinco años que no está.
Es hermoso recordar lo bueno que hemos vivido y sonreir con ello.
Un abrazo