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Cosas de juguetes (II): una de muñecas

Cosas de juguetes (II): una de muñecas

Aunque técnicamente se llama "Jagget" esta es "la Piluca", una de las muñecas favoritas de mi hija.

Fijaos bien en ella: es bastante pequeña, tiene la cabeza grande, la barrigilla prominente y sus brazos y piernas (especialmente las piernas) son muy muy cortitos. La primera vez que la vi en el estante de una tienda de juguetes creí que alguien había intentado "muñecar" a mi niña (salvando las distancias: mi Ainhoa es más guapa), ¡que alegría descubrirla!... tenía que ser para ella.

Hace tiempo supe, por Julia y Graciela, la importancia que el llamado "juego simbólico" tiene en el desarrollo emocional de un niño:

"El juego simbólico o de ficción es el juego infantil por excelencia. Obligado a adaptarse a un mundo social adulto y a una realidad física que aún no comprende, el niño necesita inventarse su propio mundo a partir de aquello que vive, pero traduciéndolo a un lenguaje simbólico, personal, con el que adaptar ese mundo externo a sus necesidades. Por medio del juego de ficción el niño asimila poco a poco ese mundo externo, lo elabora y se adapta a él en un proceso continuo de maduración"

Está claro que los muñecos tienen una gran importancia en este "rol" del juego; al fin y al cabo pretenden ser una réplica de nosotros mismos, así  que es evidente que me preocupara la influencia que la imagen que proyectan pueda tener en niños como mi hija.

Vale, hace ya un tiempo que se ha avanzado algo en este aspecto: hay muñecas negras, con rasgos orientales y también es cierto que el gremio se ha ocupado de vestirlas conforme a los usos de las diferentes culturas, pero está claro que hay una diferencia universal y sustancial que no se está teniendo en cuenta: la de l@s discapacitad@s.

Aquí lo importante es ser tremendamente bella, tener un novio fantástico, una cintura de avispa y las piernas kilométricas (aunque esté constatado que esa imagen no sea del todo recomendable por las implicaciones que pueda tener). No importa: una niña que se precie ha de tener esa muñeca en casa. Nada de esos otros ojos rasgados, sillas de ruedas o rictus "sospechosos", eso no mola.

¿Por qué? ¿es necesario ese bombardeo?¿es imprescindible primar un cierto aspecto en todas l@s muñec@s?, ¿por que estandarizar una apariencia incluso cuando ésta no es la más deseable?

En serio: ¿es conveniente que nuestras hijas deseen parecerse a la Barbie?, recordemos que sus proporciones son imposibles ¿o acaso es mejor que se entusiasmen con esa otra muñeca, Bratz creo que se llama, que parece recién salida de un implante de silicona en los labios? .. (por no entrar en las consideraciones sociológicas que plantean: buen coche, ropa maravillosa, una casa de ensueño....)

En fin. Quizá para algunos no tenga especial importancia pero, por cuestiones obvias, no puede ser mi caso.

Mi hija jamás podrá parecerse a la dichosa Barbie por mucho que lo intente. Y no me refiero a tener un magnífico deportivo,  o un novio rico y requetepijo (¡por favor, no!) que con el carácter que tiene si se lo propone....me refiero a ella, a su aspecto, a su esencia.

Ainhoa es acondroplásica y siempre lo será. Aunque pueda elongarse, consiga una altura aceptable y una proporción armónica en sus brazos y piernas una alteración espontánea en uno de sus genes determina que no es como los demás. Eso es así. Y como ella otros niños, uno de cada veintiséis mil, tienen un aspecto "diferente" que merece ser tenido en cuenta.

¿Veintiséis mil niños no justifican que exista alguna muñeca como ellos?, ¿acaso a una niña "normal" no le gustaría jugar con nuestra "Piluca"?¿o quizá los niños  como mi hija no merecen reconocerse en muñecos con su aspecto?, ...claro que el problema seguramente está en convencer a tu hij@ de que haga oídos sordos a la matraca publicitaria de determinados juguetes.

Hacerle saber, y que lo entienda, que hay un mundo que gira al margen de la Barbie y sus complementos. Y que en ese mundo hay niños que van en silla de ruedas, tienen los ojos rasgados, la cabeza grande,.....o mil variantes más. Y que también es divertido jugar con ellos. Y hermoso. Nuestra Piluca es prueba de ello.

No hace mucho mis amigas las nómadas colgaron un post a propósito del lanzamiento de Baby Down, la primera muñeca con síndrome de Down, y todos lo celebramos (por cierto, he echado de menos estas Navidades verla en algún centro comercial). ¿Es tan complicado?, claro que no.

Necesitamos que los juguetes nos ayuden, no que creen barreras ni estereotipos nocivos. Necesitamos que los niños comprendan desde pequeños que lo diferente existe y que en realidad no tiene mas importancia que la que la de ser rubio o moreno.... además, que caray, ellos van a jugar con lo que pongamos en las manos.

Es nuestra responsabilidad acercar a nuestros hijos a la realidad así que aprovechemos la oportunidad que determinados juguetes nos ofrecen para mostrarles el mundo y conseguir que amplíen su mirada, y que desde pequeños se eduquen en la normalidad, la pluralidad y el respeto.

(Por cierto: nuestra Piluca lleva en el cogote un pulsador para grabar una frase cortita y su hermano se la cambia de vez en cuando. Hoy le he dado al botón y me ha dicho: "Ainhoa es la mejor").

12 comentarios

amelia -

te leo muchas veces, soy una "mirona en red" y me gusta las cosas que cuentas y me entero de cosas que no conocia sobre el problema de tu peque, asi que contenta de leerte. La muñeca es muy chuli y tu hija ha elegido una mama estupenda.

Lamia -

La primera barbie que conocí fue una que trajo mi prima alemana en uno de sus primeros veraneos en Pamplona (allá por el año 72, 73 ó algo así). Entonces me parecía lo más de lo más porque venía de Alemania, la traia mi prima alemana (que era lo más exótico que yo conocía), tenía ropas que yo jamás había ni tenido ni llegué a tener después... En fin. Con el paso de los años me he dado cuenta de que ni Alemania es lo que era, ni mi prima era tan fantástica como yo la veía y, por supuesto, barbie tampoco era un paradigma a seguir. Bienvenidas sean la baby down, la muñeca pequeñita o lo que haga falta.
Besos Inma. Porque, aunque no vengo tan a menudo como me gustaría, pienso en tí.

M.M -

Al leerte y pensar en juegos, juguetes...no puedo evitar los recuerdos de la calle, los juegos en la calle.
Se hace necesario pensar, controlar juegos y juguetes, son lo único que tienen la mayoría de los niños en sus horas de juego; se ha perdido la calle, el único juego en que la vida real era de juguete.

Por supuesto que es la mejor!!!, me encanta la muñeca esta, y la Barbie...ufff sin comentarios.

gaia56 -

Creo que lo importante es la relación de tu hija con la muñeca y lo que le estimule para el juego y para el desarrollo de los roles en la vida que casi siempre son copiados de los que la rodean. Mis hijas ya son mayores y es cierto que jugaron con todo tipo de muñecas y sus barbies acababan teniendo algunas las piernas sueltas, otras el pelo cortado, la cara pintada...y siempre pensé si sería para compensar la supuesta "tonta perfección" con la que las quisieron diseñar.
Tú hija no tendrá ningún problema con ninguna muñeca con la madre estupenda que tiene.
Un beso

patri -

Pues a mi la Piluca me parece chulísima. Si le preguntas a mi hijo te dirá cuál es mi muñeca favorita, sin duda una de esas Jaggets (que también pasean mis vecinicas en su carrito). Si no recuerdo mal, durante un tiempo un modelo de Barbie (o alguna de sus primas) estaba embarazada y luego podías tener también a su bebé y puede que otra de ellas llegara a tener una pierna escayolada... hija, más normalidad en tanta desproporción... no creo que puedas encontrar!. Yo recuerdo muy bien cuando aquí no había muñecos negros, a mí me los traían mis padres de Liberia (de una tienda americana de juguetes) y yo fardaba un montón en el cole con mi "Familia Feliz" negra (padre madre e hijo chiquitín, a lo mejor hoy alguien pondría alguna pega por tanta normalidad, también). Espero que llegue el día en que no tengamos que plantearnos estas cosas y en los catálogos de juguetes haya muñecos, juguetes (adaptados) y niños diferentes. Un beso

Ybris -

Lo importante es que la muñeca le haya caído bien a Ainhoa.
Mejor que si hubiese sido la Barbie esa, ¿dónde va a parar?

¡Qué bien me cae Ainhoa! Dale un beso de mi parte.

Para ti otro.

laMima -

ESCALONES la Piluca es superchuli, si, la pena es que mi hija se empeña en llevarla por casa ligerita de ropa y para encontrar esa falda....
LUISA yo ya me temía que iba a ser complicado localizar una Baby Down, solo espero que el año que viene la "tirada" aumente, y acoja a "otros amigos"..y de verdad comencemos a poder disponer de muñecos así.
ROSA efectivamente, la Barbie es una muñeca la mar de machista. Yo no sé que me disgusta más de ellas si su aspecto o sus connotaciones sociales...no mola, no.
INDE mira que yo pienso que les influye más de lo que creemos..aunque no sea de forma consciente. Quizá un niño no se reconozca en su muñeco pero si se acostumbra a verlo, y creo que eso puede ayudar. Lo indudable es que hace falta romper "monopolios" porque no ayudan a nada bueno.
Ay ROBESPIERRE, claro que la uniformidad es imposible porque no existe: solo hay que procurar que consideremos normal vernos diferentes. Los comerciantes solo buscan su negocio y...bueno quiero pensar que no hay más. De todas formas no olvides el trabajo que cuesta ser una buena Barbie: régimenes leoninos, una buena estética en cintura, labios y pecho, un buen coche, una caravana que te cagas, una casa fantástica....aquí hay negocio para unos cuantos jeje.
Besos a todos.

Robespierre -

La cuestión es más compleja. Porque la "la normalidad" de hecho no existe. Todos somos diferentes en mayor o menor medida (o mejor dicho, de manera más o menos evidente).
Mi hijo de 8 años dice que en su clase, el niño más "normal" lo es tanto que desaparece, que no se le nota de puro aburrido y anodino.
Otro asunto es si los comerciantes tienen otro interés más allá de su puro beneficio, o sí bien, y esto es otra aspecto más siniestro, si hay intereses "ocultos" en crear determinados modelos de un tipo de sociedad y un tipo de personas y roles considerados "ideales" y....esto nos llevaría a un tremendo debate.

Inde -

Huy, a esto de los juguetes no paro de darle vueltas. Ya sabes que me moló la Jagget porque lo primero que pensé al verla fue: ¡Bien! ¡Ya era hora de que se acabara el imperio de la Barbie!

En realidad, no se acaba sino que convive. Y eso es lo bueno, y ahí lo has dicho bien: distintas realidades juntas y a ser posible revueltas...

Aunque dudo que lo que haga un niño al coger un muñeco, o un juguete, sea reconocerse en él; su imaginación supera lo que nosotros imaginamos que él hace. Yo más bien creo que Ainhoa jugará igual de bien con una Barbie o con una Jaggett, o con Mr. Patata, o con la Nenuca, o Amanda la de Imaginarium, o con una Princesa Disney.

A mí lo que me alegra mucho es que se amplíe el estereotipo Barbie... de cara a los mayores, al resto de la sociedad. A los niños, mira tú, me parece que los cánones les importan un pepinillo.

Todo-a-un-leru -

Pues a mí me parece muy guapa la Piluca, dí que sí: con su tatuaje en la barriga y el corte de pelo moderno; no le falta "de ná".
Las Barbies me gustaban de pequeña, ahora pienso que son lo más machista que ha parido madre... bueno, por detrás de las Bratz: parece que el único "objetivo" de esas muñecas es el de conseguir un novio con coche, las odio desde que salieron; no me había enterado de lo del Baby Down, pero ojalá hubiera tenido más difusión... espero que se hagan más juguetes así, que parece mentira que haya muñecas que ayuden a implantar el maldito cánon a la gente desde pequeña... que no somos estatuas, por dios.
Rosa.

Luisa -

¡Qué bien lo has explicado, maja! Pues, eso. Y sí, bien chula que es la Piluca.
Yo también había reparado en la ausencia en los centros comerciales del baby-down, y eso que vi un reportaje en tv en el que alguién decía que se habían vendido como rosquillas; a lo mejor, no estaba por eso, pero no sé, no sé....

39escalones -

Bien maja que es la muñeca, pues sí.
Besos