DANIEL Y SAMU
Sin duda esta ha sido para mí otra de las imágenes más hermosas y representativas del fin de semana.
Son mi hijo Daniel de casi 9 años y Samu (Samuel), un niño acondroplásico de La Coruña que tiene 11 años. No se han separado ni un solo momento desde que se conocieron, en la cafetería del hotel, la noche previa al inicio del congreso.
Cuando se presentaron mi hijo no podía creer que Samu tuviese 11 años y no le llegase al pecho....
- - Mami, ¿de verdad tiene 11 años?¿como puede ser?- me preguntaba incrédulo y sin el mas mínimo recato señalándome la evidencia
- - Hombre Daniel, lo que pasa es que Samu es como tu hermana: bajito- le contestaba yo repetidamente temerosa de ofender al niño.
Samu se reía y nos miraba con esa cara de pillo que tiene y que lo dice todo.
No pasaron dos minutos: sacaron sus Gameboys, se conectaron y comenzó su amistad de fin de semana como si también ellos hubiesen quedado unidos con un cable.
Quien me conoce sabe que durante estos dos años he temido mucho por lo que Daniel pueda pensar o sufrir por la condición de su hermana.
Desde el primer momento he procurado no llorar delante de él, no preocuparlo, llevar una vida lo mas normal posible para que no asociara el nacimiento de Ainhoa con la época gris y dura que, sobre todo al principio, fue para nosotros. Poco a poco hemos ido dándole pistas, enseñándole fotos de otros acondroplásicos... pero claro, Gijón iba a ser diferente: ver a otros niños y a adultos de diferentes condiciones. Todo el mundo me decía que estuviese tranquila: "Daniel tiene muy buena pasta, seguro que lo acepta sin problemas" , sí yo también lo creía pero hasta no verlo...
Desde luego no me ha decepcionado: mi hijo no tiene prejuicios y me lo ha demostrado. Se ha rodeado de niños y niñas con problemas, los ha mirado y no ha visto su tamaño, o su desproporción: solo ha visto otros niños con quienes jugar y ha jugado. Nada más.
En estos días también se ha aprendido muy bien la palabra ACONDROPLASIA: ya sabe que la gente pequeña solo lo es en apariencia y que casi siempre pueden hacer las mismas cosas que hace él.
Hoy ha ido al colegio con la portada del periódico EL COMERCIO de este sábado. Allí, en primera plana, en una esquina del grupo y con su cachirulo estaba él. Va a enseñársela a sus amigos: ¡que no todos los días sale uno en la prensa oye!, la mar de orgulloso, vamos. Que felicidad.
Samu y Daniel se despidieron sin tocarse, de reojo, como buenos chavalotes, el domingo por la mañana. Pasará mucho tiempo hasta que vuelvan a verse.
Probablemente para entonces Samuel mida unos centímetros más gracias a una cirugía brutal pero inevitable si quiere acercarse a la estatura de un niño de su edad. Pronto sus padres tendrán que tomar esa decisión y comenzará un tiempo duro para ellos. Espero que tengan suerte.
Ojalá cuando vuelvan a verse se acoplen como lo han hecho este fin de semana. Ellos han sido felices.. y a nosotros nos han hecho felices también.
Tengo un hijo que es un auténtico tesoro.
13 comentarios
Anamá -
no sabía lo que decís...¿repetía lo que teníamos en un cartelito pegado en la puerta e la heladera? ¿o sabía perfectamente que yo ya no tenía más palabras?
Ay!! los hermanos...
lamima -
JOSE: gracias también a tí por el abrazo. Seguro que tu también disfrutas de la naturalidad de los hijos.
PAULA, hermosa: ese día llegará, tendremos un café humeante para celebrarlo... y te aseguro que el honor será mío.
Lamima -
Yo confío en que cada vez estemos mas preparados para asumir las diferencias.
Leodegundia -
Un abrazo
lamima -
Maja,te kiero una jartá!!
Patri -
Paula -
yo cuanto más te leo, más fe voy recuperando en el género humano. Ni te puedes imaginar lo que me alegra haberte encontrado
Ojalá algún día te pueda invitar a un café. para mí sería un honor
Un abrazo
Jose -
Un abrazo.
almena -
¿No es una maravilla?
Me alegra mucho advertir lo positivo que ha sido para ti este viaje, Lamima.
Te dejo un beso
lamima -
Javier maño, eres un sol.
Javier López Clemente -
.
..
...
Son lágrimas.
Un alboroto en el pecho que no comprendo.
Los ojos de Samu y las cejas de Dani.
La comprobaciòn de que un mundo mejor es posible.
La reducciòn a la carrera de todos y cada uno de mis problemas.
La felicidad de leerte.
Son lágrimas.
inde -
chispis -
un fuerte abrazo.