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LaMima

Estirando

Estirando

Después de hacerme la remolona un montón de tiempo (y en atención tanto a mi espalda como a los consejos de una buena amiga) me he apuntado a pilates.

A ver; reconozco que a mí tampoco me sonaba bien la cosa al principio (siempre lo he asociado a Madonna, uff) pero mi amiga está convencida de que puede ser la solución a gran parte de las contracturas que mi sedentarismo personal y laboral me acarrean así que he decidido intentarlo.

Esta semana he comenzado las "sesiones de entrenamiento".

Aitana, la monitora, está intentando enseñarme "la técnica" y estoy en ese punto tontorrón que me recuerda a cuando aprendes a conducir y ves imposible coordinar lo de pisar embrague, meter una velocidad, controlar en el retrovisor quien viene detrás y mantener la dirección con el volante. Procuro concentrarme, respirar como me ha enseñado y hacer el ejrecicio:

.. Toma aire por la nariz.., ahora ¡expúlsalo! isquiones a talones, esternón blando, cierra costillas, mete ombligo, sube pelvis baja las vértebras, una a una, sobre la colchoneta... la barbilla pegada al pecho.......

Aaaarrgggg ¿todo a la vez?.. para colmo Aitana, desde su escaso metro cincuenta, es todo fuerza y flexibilidad a mi lado y me siento una panoli atrofiada. Bien estirada, pero atrofiada.

De todas formas esta frustración de principiante tiene su premio: no puedo pensar en nada más. Necesito todos mis sentidos para seguir sus instrucciones y controlar que mi cuerpo haga lo posible  para cumplir esos objetivos. No hay crisis, no hay desilusión, no hay angustia por lo que vendrá, no hay autocompasión ni desánimo...

.. Los hombros lejos de las orejas, leeeejos de las orejas. Estira el cuello.

Y lo alargo cuanto puedo: me gustaría que alguien tirase aún más de mis brazos y piernas en ese momento. Es un alivio, es estupendo. Desatascante.

Eso sí: está claro que este cuerpo mío, a pesar de sus limitaciones, resulta un chicle al lado de una cabeza empecinada últimamente en dibujar círculos alrededor de sus obstáculos en lugar de saltarlos y dejarlos atrás.

El siguiente paso será estirar el cerebro.

9 comentarios

Elena -

¡a por todas Inma!, verás que bien te va a venir...y a los tuyos por ende. Besos.

patri -

Ánimo maja!! que tú puedes. Te lo digo desde la experiencia. Besos

39escalones -

Claro, es lo propio de estas fechas. Lo digo por Poncio Pilates, por supuesto. Sí, es un chiste pésimo, lo sé, pero es lunes de vuelta al curro tras las vacaciones, ¿qué quieres? Pues eso...
Besos.

laMima -

4ª sesión de entrenamiento...grfñgfrñggggñññññfg...encima me temo que me van a meter en una clase con una panda de jovenzanas estupendas. Ains.

Ybris -

¡Ánimo, muchacha!
Sílfide te veo corporal y mentalmente en un plazo breve.
Eres formidable.

Besos envidiosos.

laMima -

Jajajaja, no, un poco difícil..pero vamos, para blanda yo mismita ¡arg, y recontraaaarrrrgggggg!.
Hoy he tenido la tercera sesión de entrenamiento: definitivamente soy un pato.

Inde -

¡Aupa campeona! Pero siento desilusionarte: no creo, sinceramente, que vayas a conseguir tener "el esternón blando"... ¡Afortunadamente! Jajaja...

elbarzal -

Lo del pilates es lo mejor. Después de una temporada lo dejé porque no lograba conciliar el tema de los horarios del gimnasio y tenía que coger el coche (ahora sólo corro, que no necesito desplazarme y tengo más libertad horaria) pero el pilates és más completo, va bien para todo el cuerpo, para toda la musculatura. Y de sencillo o ligero, nada, amiga, que yo he visto tíos cachas pasándolo mal, pero mu mal, intentando aguantar las piernas elevadas con el abdominal tirando. Si puedes mantenerlo, no lo dejes. Tu cuerpo, tu espalda, tu todo, te lo agradecerán. Y lo bueno es que, como dice Patri más arriba, no puedes pensar en nada más que en lo que tienes que hacer y coordinar y así la cabecica descansa un montón.
Hala, valiente, que vas a ser elastigirl (la de la peli de los Increíbles, creo que la he visto varios millones de veces).

patri -

Campeona!! Ya verás qué bien te viene. En mi ha obrado un milagro a nivel de cabeza (realmente no puedes pensar más que en organizar tu cuerpo para conseguir ese ejercicio), de espalda (qué gozada, no hay dolor!)y en general el sentirte mejor y saber que haces algo de deporte (hay quién piensa que Pilates es para ancianitas...je, je). A mí lo único que me fastidia es no tener el cuerpo de Aitana y poder hacer Pilates como ella; no me frustro porque soy consciente de mis limitaciones y estoy contentísima con lo que he conseguido. Ánimo, que dentro de 2 meses lo tendrás chupado. Respira hondo, maja!