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Cosas que aprender ( y II)

Cosas que aprender ( y II)

Al comienzo de Quieto, el  magnífico libro de Marius Serra, hay un párrafo que subrayé inmediatamente y sobre el que me veo en la necesidad de incidir aquí de nuevo.

Dice así: ".. Lluís es nuestro segundo hijo. Tiene unas necesidades peculiares, pero eso sólo significa que estamos más pendientes de su fragilidad. Nuestro objetivo es que ni su hermana ni nosotros dejemos de hacer nunca nada de lo que haríamos si no tuviera que ir por el mundo al 15% de rendimiento. No siempre es posible, pero la mayoría de las veces se trata solo de hacerlo de otra manera...".

Durante esta última semana de junio, Daniel y Ainhoa han asistido a lo que se suele llamar “Escuela Abierta de Verano” en su colegio.

Como en muchos otros, se trata de echarnos una mano a los papis que curramos organizando actividades para tenerlos entretenidos y entre ellas, en el caso del cole de mis críos, siempre hay una o varias visitas al cercano Parque del Tío Jorge.

Como digo, el parque está próximo al colegio así que normalmente van caminando hasta allí todos en fila, no hace falta autobús. La excursión estaba programada para el martes de la semana pasada y cuando llegué al recinto por la mañana para dejar a los chicos la encargada de recogerlos en la entrada se echó las manos a la cabeza..

..¡Mecachis la mar!, se nos olvidó decirte ayer que hoy tenemos visita al parque.

.. Tranquila, me lo dijo Daniel ayer, ya les he puesto agua y almuerzo

.. No, no, si lo digo porque tenías que haber traído la silla de paseo para Ainhoa.

.. ¿La silla de paseo?¿para Ainhoa?..¿y eso?

.. Mujer, ya sabes.. va más lenta….igual se cansa.

.. Bueno, está cerca….no creo que vayáis corriendo ¿no?, no tenéis prisa…son niños. Ainhoa irá caminando como los demás, seguro, que del año pasado a este ha cogido mucha fuerza.

.. Como veo que tu la traes siempre en coche… en fin, ya nos apañaremos.

Me fui de allí inquieta: “jolines, a ver si van a tener algún problema”..pero para cuando llegué a la oficina mi ánimo había cambiado por completo.

¿Problema?..¿qué problema tienen un puñado de críos de 5 años en caminar un poco más despacio para acudir al parque?¿que prisa hay?¿dan algún premio por hacer el recorrido en el menor tiempo?.. a veces hacemos las cosas sin pensar.

En este caso yo tenía bastante claro que Ainhoa podía recorrer esa pequeña distancia tranquilamente (como mucho ir un poco más lento) y que no era necesario hacerla “destacar” ante el resto con una silla de paseo. No, por favor: ya lo dije aquí, bastante tiene con aguantar los instintos maternales que provoca su tamaño en el resto de niños aunque tenga casi cinco años. Una silla de paseo no.

Una cosa es que no la cargue día a día en realizar una caminata para ir al colegio antes de las 9 de la mañana (y donde va a estar hasta las 17,00h. sin parar) y otra que no se pueda programar una actividad lúdica como esa excursión teniendo en cuenta sus limitaciones…o las de cualquier otro niño, que a eso voy. Sobre todo cuando hacerlo no perjudica en nada a los demás. Al contrario: les enseña a hacer las cosas de otra forma y a compartir esfuerzo.

¿Es malo que los chavales conozcan el verdadero alcance de las limitaciones que pueda tener algún compañero?¿es nocivo para ellos aprender a ejecutar determinadas acciones de una forma diferente para estar al mismo nivel que un solo niño/a con dificultades?...¿a nadie se le ocurre pensar en el beneficio que puede suponer esto?.

Estoy casi segura de que el otro día ninguno de los niños que caminó con mi hija tuvo ningún problema en ir más despacio (ojo, que vamos a pensar a que velocidad se puede ir por la calle con un puñado de criaturas de 4 a 6 años…), vamos, que ni se enteraron de eso. Y aunque fuesen conscientes: que les importaba un bledo.

No sé, yo veo esto como lo de la manida “crueldad de los niños” a que aludía el otro día: el problema lo tienen los adultos, no ellos.

A ver quien es realmente el que ha de ir aprendiendo………………

(En la foto Ainhoa y Sol paseando felizmente por la feria de Etsau el verano pasado)

14 comentarios

laMima -

Lorena; si tu me lo dices ya no puedo tener duda alguna.

LORENA -

Hola Inma:
Me parece estupenda tu actitud frente a lo del paseo, yo lo preferiria más despacio pero ella sola que ir sentada en la sillita de paseo,bueno es mi opinion... besos

laMima -

Jajajaja...chinocudeiro...que ojo tienes...barriga cervecera..of course...cuidada con amor

el chino cudeiro -

Cambiando un poco, vaya tripochon cervecero que carga el Yoldi o me parece mirando un poco mejor que es la mariconeira la que hace ese pequeño saliente por la camiseta

Ybris -

Tienes más razón que una santa con razón.
Siempre me acordaré de una subida que hice hasta el Pico Almanzor desde las lagunas de Gredos con chavales de Cou. A la hora de bajar, uno de ellos dijo que el no podía bajar porque tenía vértigo mirando hacia abajo.
Así que tuve que reunir a todos y decirles que el paso de todos sería el mío y que a frenar tocaban. Vendé los ojos al del vértigo y me lo cargué a las espaldas a pesar de ser casi más grande que yo (Tiempos aquellos en que podía hacerlo, jeje).
Ninguno rechistó y todos se ofrecieron a ayudar y acomodar su marcha.

Lo de Ainhoa supongo que sería más la comodidad o el miedo de la monitora que otra cosa.
A los chicos esos problemas de los mayores la mayor parte de las veces les resultan incomprensibles.

Abrazos a ti y a esa querida familia de estupendos caminantes.

patri -

Yo he visto como Ainhoa se esfuerza en hacer las cosas como los demás: subir las escaleras, caminar con garbo, corretear... todo sola. Puede que a ella le cueste un poco más pero lo hace y lo tiene que hacer, como bien le dices a Blanca, tendrá que aprender hasta dónde llega… de momento, no lleva nada mal el entrenamiento.
Creo que te he comentado alguna vez cómo me sorprenden y emocionan las familias que he visto en parques temáticos con sus hijos “especiales”, guardo la imagen de sus sonrisas en la primera fila de los espectáculos. También me impresionó mucho el verano pasado en Legoland una mami (con el aspecto de recibir quimioterapia) con dos niños de entre 7 y 9 años, que recorrió el parque con los críos subiéndose a todo y haciéndoles pasar un día genial (a pesar de aparentar cansancio y buscar reposo siempre que podía), otra muestra de normalización.
De las niñatas esas del otro día, sólo espero que algún día sean conscientes de su actitud y se arrepientan, siempre hay un momento para darnos cuenta de lo que hemos hecho mal y rectificar. Ya te dije que yo no sé cómo habría reaccionado, seguramente no hubiera sido tan prudente como tú y les habría hecho algún comentario, pero me parece bien que tu te contuvieras porque lo re-piensas y valoras pros y contras y eso es lo mejor para Ainhoa.

Rosa. -

Una vez más, leyéndote me he acordado de mi propia etapa escolar... cuando escribes post sobre las vivencias de los chicos en el cole, siempre los traslado (a veces de forma inconsciente) a mis propias experiencias allí. En mis primeras excursiones nos hacían ir a todos de la mano, supongo que porque así éramos más facil de vigilar, y por supuesto nada de correr. No creo que haya nada de malo en enseñar a los chicos a ir despacio, a esperarse unos a otros y a saber cómo hace las cosas cada uno, porque todos tenemos nuestra manera de hacerlas... además, yo recuerdo que cuando íbamos a esas excursiones todos teníamos nuestro ritmo: unos íbamos más lentos y otros más rápido, sin necesidad de tener ninguna discapacidad, simplemente unos chicos eran ligeros o más ágiles que otros, o tenían más energía, o simplemente más prisa por llegar. Yo misma corría siempre más lenta que todos los demás, y me cansaba siempre antes, simplemente porque era una niña muy "flacucha" y tenía muy poca resistencia. Y cuando no era por eso me quedaba atrás porque iba charlando con alguien o porque me distría mirando algo.
Pero al final todos preferíamos ir despacio: era más seguro, saboreabas más el paseo y mirabas lo que había a tu alrededor (que entonces todo te sorprendía), no se quedaba nadie atrás, podías ir charlando tranquilamente y, qué "leches", así duraba más la excursión.
Besos.
Rosa.

Luisa -

Ir más despacio. Mira, a todos nos vendría bien, qué leche. Así nos pararíamos de vez en cuando a pensar un poco más en cómo hacer las cosas bien y no en hacerlas sin más.
Seguro que ningún crío pensó en nada; seguro que todos fueron tranquilamente medio jugando hasta el parque. El problema son, como siempre, las barreras mentales que generamos ya antes de plantearnos cómo abordar algo.
Y de todas las maneras, aunque Ainhoa fuera algo más lenta: ¿por qué tiene ella que ir en silla para correr como los demás y no pueden los demás de vez en cuando, por lo menos, ir más despacio para acomodarse a su ritmo y conocer cuál es y porqué?
Besotes

p.d. voy poco a poco recuperando ritmos... a ver...

laMima -

Si BLANCA, yo cada día lo tengo más claro. La profe de Ainhoa este año sufría un montón cuando se caía (llevamos ya nosecuantos puntos en la frente) pero yo siempre le he dicho lo mismo: no es cuestión de que la lleves siempre de la mano. Es ella quien ha de conocer sus limitaciones y buscar una solución, y lo hace, vaya que sí. Los humanos somos así: necesitamos dificultades para superarnos.
¡Vete a saber de lo que son capaces nuestros moñaquicos hija! Dales un besazo a los Angeles y a las chicas.
Santi, me ha gustado ese dicho montañero..sobre todo porque es absolutamente cierto.
Elena, quien dijo eso era una monitora de tiempo libre..pero da lo mismo. El problema es su comodidad, claro, pero bueno la cosa fue bien. ¡Uf!
Jeje, tienes razón Javier: le doy a las cosas muchas vueltas. Este post lleva 1 semana "en el horno" y te aseguro que he contrastado con más de uno mis conclusiones. Cosas mías.
¡Ay Miguel!, yo también me he planteado eso del "miedo jurídico": existe y es peligrosísimo. Ahora, no creas, no todos los "síndromes" viven mejor en un pueblo. Quizá ahora pero...no sé, no sé.
Gracias por el piropo hermoso; ya quisiera yo que me funcionase el cerebro bien revolucionado...a veces.

Blanca -

Me encanta el principio de ese libro...ante las adversidades naturalidad, imaginación y alternativas, que hay muchas maneras de hacer las cosas bien. Yo ya me veo más de una vez mordiéndome la lengua para evitar decidir que puede hacer o no Angel, creo que debe tener muy claro que hay que intentar las cosas y cuando no se pueda, será el quien tendrá que ponerse los límites, pero habiendo hecho algún intento, algún esfuerzo
En el fondo,¿qué se yo de lo que puede o no puede hacer?

Elena -

Se supone que una profesional de infantil, ha de enseñar a sus chicos muchas cosas, entre ellas que nadie es igual a nadie. Qué suerte tienen quienes rodean a Ainhoa, de aprender y de enseñar a su vez a otros la normalidad de la diferencia....y si la profe tiene prisa, ya sabe, que se monte ella en una burra porque Ainhoa y sus amigos van a ir andando pasico a pasico hasta el parque. Un besazo.

Santi -

los que alguna vez hemos salido al monte en/con grupo, sabemos que la mayor velocidad que se puede llevar es la del más lento.
Hiciste bien en no llevar la silla, no hubieras contribuido a normalizar la diferencia, sino todo lo contrario.
¿quién tiene la discapacidad, quien la padece o quien no sabe como comportarse ante alguien con discapacidad?
Besos.

Javier López Clemente -

Entrada cien por cien LaMima:
Planteamiento, nudo, pensamiento y conclusiones.

Enhorabuena, el calor no te afecta el entendimiento
jajajajajaja

Salu2 C´´orneos.

Miguelgato -

"Estoy casi segura de que el otro día ninguno de los niños que caminó con mi hija tuvo ningún problema en ir más despacio (ojo, que vamos a pensar a que velocidad se puede ir por la calle con un puñado de criaturas de 4 a 6 años…), vamos, que ni se enteraron de eso. Y aunque fuesen conscientes: que les importaba un bledo."

Casi segura no Mima, segura al 200%. La mayoria de los adultos del entorno de casos como el tuyo tienen un comportamiento agilipollante debido a su sobreprotección o yo que sé qué. Igual es "miedo jurídico" a que pase algo y piensan que tu estás mas sensibilizada que el resto.
Por eso veo yo tan ideal la vida del pueblo, todos los síndromes (perdón por la expresión) van por la calle solos y tan anchos sin que nadie se preocupe ni compadezca por ellos.
No te enfades pero creo que parte del problema es tu coeficiente intelectual, el celebro te funciona a demasiadas vueltas y en cualquier situación vas mas allá que nadie.
Ánimo y no te agobies que tu vales mucho!!!