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LaMima

La cueva de las güixas

Muchas veces, de forma inconsciente, nos estancamos en rutinas absurdas cuando viajamos a determinados lugares.

Me refiero a cosas como no dejar un solo día de ir a la playa cuando veraneamos cerca del mar (salvo que caigan chuzos de punta) perdiendo así la oportunidad de conocer algún pueblo cercano o, en estas fechas, presuponer que el único motivo para acudir a la montaña es poder esquiar.

Claro, así pasa lo que pasa y se suceden inviernos, como el pasado, en los que la falta de nieve dejó los negocios del pirineo temblando.

Nosotros partimos de la base de que el mero hecho de estar en la montaña nos llena, nos da una vida especial, nos gusta tanto..... así que los fines de semana que podemos ir, si no hace buen tiempo, nos conformamos con pasar allí poco más de un día cada uno en lo suyo: Daniel correteando por la calle, Ainhoa jugando con sus otros juguetes o viendo animales, mi marido paseando cuando amanece y yo con mis libros y mis papelotes delante del ventanal mirando la Collarada.

Pero aún hay más cosas que merecen la pena, claro que sí. Solo hace falta molestarse en buscarlas, o reservar determinadas visitas a días complicados: cantidad de pueblos preciosos, algún que otro museo...

Estas Navidades por ejemplo, un día que amaneció lloviendo con avaricia nos decidimos a visitar por fin la Cueva de las Güixas, en Villanúa.

Es pequeña (creo que el recorrido no supera los 800 m.) pero muy bonita y la guía que nos acompañó encontró la forma de "picar" a Daniel para que siguiese atento sus explicaciones. Claro que hay un pequeño y evidente condicionante: no es posible visitarla con cochecito de niño ni silla de ruedas. El acceso a un lugar así para determinadas personas es muy complicado. Lo entiendo, pero es una pena.

Nosotros aprovechamos todavía que Ainhoa es menuda y hacemos este tipo de excursiones con la mochila (mientras mi marido aguante.....).

 

Volviendo a la cueva, nos contaron que estas grutas se formaron durante la última glaciación (la llamada época de Würm) y que en ellas se encontraron restos que evidencian que fueron en su momento "hogar" de los hombres del neolítico. También hablan de que durante la Guerra Civil sirvieron de refugio a combatientes pero ahora sus inquilinos son una colonia de murciélagos que deben hacer nido en una de sus naves (y que evidentemente, no están abiertas al público).

Sin embargo el encanto mayor de visitarlas, al margen de su belleza natural, es dejarse envolver en la leyenda que guardan. Se habla de que las brujas del valle celebraban allí sus akelarres y lo hacían bajo la llamada "chimenea", un enorme agujero en el primer tramo del recorrido que se abre al cielo y deja entrar la luz a la cueva. No cuesta imaginar un lugar así de noche, viendo la luna por ese enorme hueco, y a las brujillas maquinando....

Siguiendo el recorrido la cueva gana en altura y llegas a la zona más hermosa: la llaman "la catedral". En ella estalactitas y estalagmitas se han compinchado para dibujar lo más parecido a un órgano que la naturaleza pueda crear. Dejo aquí un par de fotos aunque no le hagan justicia porque realmente es precioso.

En fin, un lugar que merece la pena.

Un poco de naturaleza e historia juntos para recorrer, bien abrigados eso sí, y pasar un buen rato.

 

11 comentarios

chispis -

no sé qué tienen las cuevas pero son tan inquietantes.... me encantan. gracias por la recomendación.

M.M -

Que pasada...

Un sito precioso, debe desprender muchas vibraciones con esa historia que lleva vivida la cueva.

Y a tu marido dale vitaminas y gimnasia para que se ponga más fortachón y aguante unas cuantas excursiones más...Un día le damos una medalla (de abrazos).

Javier -

Lo mío es subir, carezco de vértigo, pero las cuevas... ¡Ay, qué miedo!

Sólo una vez estuve en la Gruta de Cristal, en Molinos: acongojonante.

Besos.

Todo-a-un-leru -

¡¡Pero qué sitio tan bonito!!
Una se siente en paz nada más con ver las fotos (preciosas, por cierto) y leer lo que cuentas... yo también me las apunto, para cuando pueda recorrer España (que todavía me queda...)
Rosa.

Xiketä -

Queee maravillaaaaaa!!!
Mirando tus fotos, recuerdo que la erosión que se forma en las paredes de las grutas, me hacen pensar en el esqueleto de las montañas, y me hacen reflexionar.
La Naturaleza es impresionante, mucho más inteligente y leal de lo que nosotros, los humanos creemos.
Muchas veces, o casi siempre, infravaloramos nuestro medio de vida, y es lo más grande que tenemos.
Besos

entrenomadas -

Anda, yo no conozco esta cueva. Le he preguntado a mi compa de curro y dice que sí, que hay que verlas. Pero, ¿dónde vivo yo?, ¿por qué no las conozco?
Alfredo, ¿nos montamos una excursión? Yo pongo el bocata de verduras.
Mima, la foto es preciosa.
Y sí, tienes razón, cuando voy a la Costa Brava no dejo de mirar el mar y sé que me pierdo otras cosas. Pero es que el... mar, no puedo dejar de mirarlo.

Besos

39escalones -

Jopé, qué sitio... Al principio pensaba que era el salón de tu apartamento en la playa...
Besos

Lamia -

¡Qué preciosidad!

almena -

¡Qué interesante! ¡me encanta!
Cuántas cosas desconocemos de nuestro país ¿verdad?

Un beso

Diego de Rivas -

Bonita excursión. Agradecido por darme a conocer un lugar que no conozco. A ver si me llevo a la familia y a los amigos algún día de estos.

Besos,

Ybris -

Siempre me encantaron las cuevas.
Así que tomo nota de esta por si acaso.

Besos