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LaMima

¡Que eso no se hace!

¡Que eso no se hace!

Me avisa mi amiga Patri el viernes del inicio en el Congreso de los Diputados del debate para la elaboración de un Proyecto de Ley de Infracciones y Sanciones  por vulnerar los derechos de las personas con discapacidad.

No sabía que una norma así estuviese en trámite aunque no sé de que me sorprendo cuando estamos en un mundo en el que se sigue matando y mutilando a distancia, de forma indiscriminada, cobarde y con garantías de hacerlo durante muchos años y cuando acabamos de dedicar un día a concienciarnos sobre la necesidad imperiosa de eliminar la violencia de género.

Volviendo a ese proyecto de ley, chirría darse cuenta de que a estas alturas resulta necesario regular actitudes que deberían ser consustanciales a la naturaleza humana: no discriminar, no acosar, no poder impedimentos al acceso a cualquier lugar, favorecer la igualdad de oportunidades no machacar al más débil....pero lo cierto es que todo el colectivo asociado a la discapacidad y sus familias en este país lo ven imprescindible y eso nos debería preocupar.

El sábado Antón Castro colgaba en su blog un hermosísimo texto en el que nos recordaba esa cruel actitud que se ha tenido durante siglos con los discapacitados: una familia que "adopta" un hijo porque su vástago natural es deficiente, "no vale", solo alcanzan a mantenerlo con vida de la misma forma que harían con una mascota. Es profundamente inhumano, pone la piel de gallina, pero era así y tampoco hace tanto tiempo, no creamos.

De cualquier manera la información, el progreso, el conocimiento nos debería haber dejado más cosas que PDAs, televisiones de plasma o coches rapidísimos: deberíamos haber conseguido avances en respeto a los demás, empatía, justicia, honestidad....humanidad. Pero no. Esto son utopías.

Lo tristemente cierto es que al final somos como críos a los que hay que decir lo que deben o no deben hacer...a los que hay que establecer castigos y/o premios. Nos debería dar vergüenza, pero por muy avanzados que nos creamos solo merecemos que nos canten aquello que decía Serrat:

"Niño, esto no se dice, esto no se hace, esto no se toca.."

11 comentarios

Fernando -

sólo un beso gordo...mosquetera.

Luis Pueyo -

He referenciado un post de blog con el que me tropecé y que me gustó mucho (aunque menos que el librito de Kenzaburo Oé del que se hablaba ;-)
http://blogpruebaluis.blogspot.com/2007/11/un-amor-especial.html#links

Un saludo cordial.
Luis

M.M -

Es lo malo, tener que hacer obligatorio algo que debería ser sólo de sentido común; y por eso se hace, porque obligatoriamente no hay sentido común.
Besos.

Diego de Rivas -

Mi querida Inma,

A mi entender, hecha la ley hecha la trampa. Ojalá esta normativa sirva para reconocer como delito cualquier abuso o atentado contra las personas discapacitadas, que se merecen nuestra solidaridad y apoyo.

Aparte de la ley es importante concienciar a la sociedad u opinión pública. Sin esta conciencia colectiva, me temo, que por mucha ley que haya no se conseguirá nada.

Un abrazo solidario,

Dicho esto

Inde -

Pues a mí me parece bien que haya una ley. También es una pena que haya leyes que condenen el asesinato, nadie tendría que matar a nadie, pero debe haber una ley que penalice a quienes matan.

A mí, que haya una ley sobre este tema me parece un avance notable: la normativa legal de un país reconoce que es un delito vulnerar los derechos de las personas discapacitadas, de una forma específica. Y eso también es educativo, no lo olvidemos: ha de saberse que eso no puede hacerse, hasta tal punto de que si se hace la ley castiga.

¿No?

A menos que confiemos en la bondad innata de la Humanidad (que yo ya querría, pero no me sale), es necesario que haya leyes que penalicen los delitos.

Besos, corazón de oro.

Ybris -

Pues sí.
Resulta desesperanzador que haya que imponer lo que debiera salir de dentro.
Menos mal que siempre hay quien hace lo correcto con leyes o sin ellas.

Besos

Todo-a-un-leru -

Mientras esa ley sirva para evitar ciertas injusticias, bienvenida sea... (ayer leí en el periódico que un Guardia Cilvil o un policía, no recuerdo muy bien, utilizó el carné de discapacitada de su suegra para aparcar en el aparcamiento de discapacitados... con perdón de la expresión, "pa`mear y no echar gota"). Realmente, cuesta creer que haga falta que nos lo diga una ley para que respetemos los derechos de los demás... ¡Qué vergüenza!
Por cierto, qué gran texto el de Antón Castro!! Esas últimas palabras son para tenerlas presentes.
Rosa.

Entrenómadas -

¡Cuánta cordura!
Me quedo con el final del párrafo y con la necesidad de cambiar las cosas de una vez.
kisses

patri -

Claro que no deberían existir este tipo de normas y leyes… pero mientras se sigan produciendo injusticias con determinados colectivos no quedará más remedio que tomar medidas (y mucho más si la propuesta parte de los propios afectados y de sus familiares). ¿Cómo no vas a tener este pesamiento utópico?! No dudes que poco a poco iremos mejorando, y ya que no es posible que todo el mundo cambie, conseguiremos que lo hagan los que dependen de nosotras y ese será nuestro orgullo. Para mí es muy importante ver en mi hijo el reflejo de lo que yo considero bueno y justo, al menos ahora que es pequeño responde bien y me gusta lo que es y cómo funciona… y así participo (también con normas) en que esa utopía viva un poco más lejos de mi casa.
Por cierto, me ha gustado muchísimo (más bien emocionado) el texto de Antón Castro, gracias por mostrármelo. Un beso

Luisa -

Como dices, es triste que necesitemos una norma así. Su tramitación lleva a reflexionar sobre la cantidad de actitudes, conductas y hechos que se estarán produciendo, no todos denunciados, de mal trato, en la forma que sea, de las personas con discapacidad.
Recuerdo incluso setencias respecto a abusos sexuales en que se hablaba de consentimiento por parte de la victima, con discapacidad mental. ¡Es indignante, es vergonzoso, es nauseabundo!
Cosas como las que comento son indicativas del absoluto desconocimiento que existe en muchos ámbitos de la sociedad de las condiciones de la discapacidad.
No sé si servirá una norma así. Ni siquiera sé si realmente tiene sentido en cuanto texto jurídico, quiero decir. Pero seguramente si se ha planteado es porque no se ve otra manera de "educar" al personal. Y eso tampoco, tampoco me gusta. Aunque si no queda más remedio, pues adelante.

39escalones -

Pues ya era hora que el Congreso se pusiera manos a la obra, que ya les vale. Aunque, supongo que al igual que está pasando con el tema de la dependencia, otra cosa será llevarlo a la práctica. Esperemos que sirva de algo.
Besos.