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LaMima

Sola

Sola  

La vimos en nuestro último viaje a Gijón.

Aunque hacía una tarde de domingo deliciosa, la mar estaba brava. La marea, muy alta, había hecho desaparecer la playa de San Lorenzo y la gente paseaba con tranquilidad  disfrutando de ese veranillo de noviembre que, dicen, nos regala el "cambio climático".

Se veían muchas gaviotas cerca de la orilla pero enseguida reparamos en ella. Llevaba el ala rota y parecía a la deriva. Muchos, como yo, la fotografiaban desde arriba, o la señalaban insistentemente para que los niños reparasen en ella.

Cuando la vi más de cerca, desde el objetivo de mi cámara, me dio un escalofrío.

Pronto iba a oscurecer, y esa temperatura amable que  nos envolvía entonces desaparecería dejando frío y viento. Ella no podía salir del agua, ninguna de sus compañeras parecía muy dispuesta a ayudarla.. seguramente le quedaba poco tiempo.

La naturaleza es cruel, pensé, pero sigue su paso.

No es que me gusten las gaviotas (una que yo me sé me diría que son lo peor), pero sentí cierta lástima. Seguramente no tanto por ella como por la situación.

Me consta que circunstancias así se repiten una y otra vez entre nosotros. Gente abandonada a su suerte a la que miramos con compasión pero sin tener la más mínima intención de ayudar,.. por otro lado ¡que íbamos a hacer!. Bastante tenemos con lo nuestro ¿verdad?.

Intentamos no pensar en ellos, nos hace daño. Pero de vez en cuando te pones en su piel y, demonios, esa soledad da pánico.

5 comentarios

Leodegundia -

Esta historia me recuerda a la de la Srta. Palo sobre la que escribí ¿la recuerdas?, pues sigue viniendo a mi ventana a comer, el ala le mejoró bastante porque sus vuelos son un poco más largos, desaparece casi todo el día y se que está en el tejado con otras palomas, así que estoy feliz porque ella debe de estarlo al lado de las otras.
Un abrazo

patus -

Siempre me duele pensar que hay gente que está padeciendo enfermedades y no tiene quién le dé una mano o acceso a un sistema de salud digno.
En el centro de mi país hay gente con Mal de Chagas, viviendo (o padeciendo) en ranchos de adobe, con mucho calor y sin acceso a medicación o medios de diagnóstico.
Es muy triste.
Un abrazo

Fernando -

Los pájaros son hermosos, hasta las gaviotas que quieras o no que sería de un puerto sin ellas....y la muerte es un paso más de la vida...lo malo que es el último. besos

lamima -

Vale. Si no va a sufrir dejemos que se cierre ese círculo.
¿Y tu me hablas de pensar en los demás?¿tu precisamente?..ay hermosa! :)

patri -

No me gustan los pájaros, ni este ni ninguno, y las palomas aún menos.

Tampoco me gusta la soledad, ni la sensación de soledad...
Qué lástima, verte solo y herido.

Qué sensación de pena... de dolor...

No quiero que digas “bastante tenemos con lo nuestro”... eso no es cierto, al menos tú. Lamima que yo conozco piensa siempre en los demás y actúa.

Un beso.

Nota. A este pobre pájaro se lo comería (sin sufrimiento) otro bicho más grande para “cerrar el círculo de la vida” (El Rey León).