Desde el aire
No tengo demasiadas oportunidades de viajar en avión, la verdad, pero es un medio de transporte que me gusta.
Reconozco que no las tengo todas conmigo cuando aterrizamos (el despegar me gusta más) y que me entra un sudor frío incontrolable cuando entramos en zona de turbulencias pero todo esto no es nada al lado del inmenso placer que supone contemplar el mundo desde allí arriba.
La vista de los Alpes desde el avión una vez superada la barrera de nubes que cubre Turín me provocó un vuelco en el estómago.
Maldije infinitamente el tamaño minúsculo de las ventanillas del avión y el lamentable estado en que se encuentran (son una procesión de rayas) pero no dejé de disparar fotos (hasta Carmen se emocionó cuando le pasé la cámara para que fotografiase lo que veía desde su lado).
Me pregunto siempre si los pilotos y las azafatas son inmunes a esa belleza de tanto sobrevolarla.
5 comentarios
Luchy -
laMima -
Tengo que respirar hondo: todo pasa, todo pasa....
Mi reino por pasear de nuevo, ahora, por allí. ¡Vamonos!
patri -
Inma, una vuelta por esas nubes me daba yo hoy... Besos
Inde -
Qué putada, oigan.
anagadner -