Hermanos
Ainhoa llegó a casa desde la unidad de neonatos del Hospital Infantil el día que Daniel cumplía 7 años (recuerdo que no dejó de repetir que había sido su mejor regalo y yo lo miraba hundida en la miseria pensando en lo terapéutica que es muchas veces la ignorancia).
Hasta ese momento toda mi preocupación había sido cruzar los dedos para que se llevaran lo mejor posible teniendo en cuenta la diferencia de edad y género pero el inesperado diagnóstico puso todo patas arriba; la reacción de Daniel, su visión de lo que estaba ocurriendo (y lo que quedaba por venir) se convirtió en un tema primordial para mí. Creo incluso que durante un tiempo me obsesionó más de lo estrictamente necesario ... afortunadamente pude salir de eso.
Encontrar el equilibrio justo entre contar algunas cosas dolorosas a un niño de 7 años o mantenerle completamente ajeno a todo no es tan difícil como parece: es solo una cuestión de sentido común y el primer paso, claro, está en nosotros los adultos.
Si no aceptamos, si dramatizamos en exceso, si nos encerramos en ese peligroso círculo de dolor y autocompasión (inevitable en los primeros momentos) y sobre todo: si nos obsesionamos en ocultar o ignorar la verdad no podemos pedir que ellos, los niños, vean las cosas de otra manera.
Yo recuerdo nítidamente el momento en que pensé: "no puedo seguir así. No puedo permitir que mis hijos vivan en una casa gris con una madre amargada. Ni hablar". Fue mi salvación. Nuestra casa no podía dejar de ser "normal"; debían continuar las risas, los conflictos, la imagen del futuro, los besos... que Ainhoa fuese diferente suponía un cambio en ciertos aspectos de nuestra vida familiar, en nuestra concepción de algunas cosas, pero nada más.
La normalidad ha de ser una rutina, es imprescindible, pero una rutina convencida. Real. No valen los parches, son absurdos.
Todavía me falta mucho por descubrir y comprender el proceso que ha seguido mi hijo para ser el hermano mayor que es hoy; solo puedo decir que, según mi criterio, el objetivo (ser dos hermanos más) está cumplido con creces.
Esta mañana, como viene siendo norma, han discutido acaloradamente por el mando de la tele hasta que he soltado el correspondiente bufido y se ha hecho el silencio.
Luego han ido juntos al baño. Daniel le ha puesto la pasta de dientes en el cepillo y ha terminado de vestirse para salir pitando al instituto. Cuando se ha acercado a su hermana para recibir el correspondiente beso de despedida Ainhoa, como siempre, se ha hecho la interesante para acabar dándoselo a regañadientes.
.. Inma, es que no voy a darle más besos - me ha dicho harto de tanto ruego.
Cuando hemos vuelto del cole, esta tarde, a Ainhoa le ha faltado tiempo para decirle a su hermano que mañana viene la castañera. Y que ha de llevar fruta para almorzar. Y que le ayude a cambiar un par de cosas en su carta a los reyes.
Daniel, después de los deberes, se ha "limitado" a jugar con ella y a besarla sin descanso.
15 comentarios
zerogluten -
Veo a mis hijos como se adoran pero como discuten y me reconozco en lo que cuentas.
A mi al principio también me costó el diagnóstico. Veía gluten y peligro por todas partes y no paraba de lamentarme de por qué a mi precioso niño. Pero como dices hay que llenar la casa de naturalidad y de normalidad y proporcionar una infancia feliz a nuestros hijos.
Seguro que estos pasajes los recordaran en el futuro.
Yo cuando veo a mis hijos besarse me derrito, literalmente.
Besitos sin gluten.
Antonio Pérez Morte -
Mamen -
Preciosos los tienes. Disfrútalos.
Un abrazo.
Rosa. -
Por lo que cuentas, son unos hermanos con mucha suerte de tenerse el uno al otro.
Da gusto leer entradas como ésta.
Un beso.
Rosa.
silvia -
Lamia -
Javier López Clemente -
En esta zona de comentarios ya he opinado alguna vez de Daniel, de su mirada y de esa foto que me robó el corazón durante la Expo, él, las sillas y el escenario.
Pero esta vez, ay esta vez, esta vez no puedo escribir nada porque estoy enloquecido con ese Kiriki.
;-)
Salu2 Córneos.
Luisa -
Besos
elbarzal -
Y vaya peazo de foto hermosa!!!.
Un abrazo
39escalones -
Besos y buen finde.
Miguelgato -
En mi casa no hay discusión preliminar, este par de cabrones pasan a las manos directamente.
Lo principal en cualquier caso es no transmitir nuestros agobios a los crios, si hace falta se finge o lo que sea.
laMima -
Jaja, eso de informar a todo quisque de lo que le ocurre a su hermano es habitual, que se lo pregunten a mi amiga Blanca de Madrid; su hija Sol no dejaba de informar al respetable "este es Angel, mi hermano. Es de acondroplasia".
Como dices todo esto es un proceso que conviene observar y seguir con cariño. Besos querida.
Ybris, gracias por tus palabras. Un beso.
Laura, si que son dos hermanicos muy majos. Buen finde también a tí.
Ybris -
Tenía que ser así con la familia que tienen.
Ya sabes que lo he visto.
Besos.
Inma Cardona -
laura -
Un abrazo y feliz fin de semana!