Aire
Lunes ya, cachis.
Daniel ha descubierto este fin de semana que su profe no le mentía en las clases de "cono" y ha podido contemplar al fin los renacuajillos de aquellos huevos que vimos otro día en la Bal D'Iguer.
Ainhoa se ha reencontrado con sus adoradas vacas: la pobre no cabía en sí de gozo cuando las vió allí pastando tan tranquilas…¡ay, esta niña y los animales!
Yo he leído un hermoso libro y he disfrutado viéndolos reir.
La fábrica de recuerdos sigue en marcha.
4 comentarios
Capi -
Que la máquina siga a toda potencia, es lo que al final queda, los recuerdo, algo que nunca muere.
Luisa -
Yo que tú, hoy por la mañana, le hubiera puesto delante unas fotos y unos videos de estos campestres y ¡hala!... audita, audita...
La próxima vez que te coincida auditoria y bloguellón, te lo traes al plasti-auditor... pa que aprenda.
Besicos luneros y venusinos (venus se ve desde tu casa y la mia estos días muy bien)
Fernando -
chispis -
no sé qué tienen las vacas pero les suelen gustar a los niños. a mi sobrina también le encantaban cuando era pequeña. son entrañables.
que sigáis disfrutando.
besotes.