Nadie es una isla

Nadie es una isla.
Completo en sí mismo; cada hombre es un pedazo de continente, una parte de la tierra. Si el mar se lleva una porción de tierra, toda Europa queda disminuida, como si fuera un promontorio, o la casa de uno de tus amigos, o la tuya propia.
La muerte de cualquier hombre me disminuye porque estoy ligado a la humanidad; por consiguiente nunca hagas preguntar por quién doblan las campanas: doblan por ti.
El texto es del poeta metafísico John Donne, y data de 1624. Al parecer de aquí surgió el título de la famosa novela de Hemingway.
Lo he descubierto por casualidad en la wikipedia, y me ha hecho pensar.
"Nadie es una isla...la muerte de cualquier hombre me disminuye porque estoy ligado a la humanidad.." me parece que hemos perdido (o quizá nunca tuvimos) esa idea de unión, de globalización bien entendida. No la de las multinacionales, sino la de las personas.
Tiene razón el texto. Somos ignorantes: casi siempre pensamos con alivio que es por otro por quien doblan las campanas.
7 comentarios
manuel -
Antonio -
¡Gracias por demostrármelo!
¡Un beso!
39escalones -
Al menos, en mi ingenuidad, quiero creer que sería así.
Abrazos metafísicos y bloggelloneros
ana m. -
en mi blog de vez en cuando dejo un interrogante para q los bloggers lo adivinen. si me das permiso, el próximo será éste de john donne.
un besito!
Fernando -
inde -
"Primero vinieron a por los comunistas,
y yo no los defendí, porque yo no era comunista.
Después vinieron a por los judíos,
y yo no los defendí, porque yo no era judío.
Entonces vinieron a por los católicos,
y yo no los defendí, porque yo no era católico.
Finalmente vinieron a por mí,
y para entonces, ya no quedaba nadie para defenderme."
M.M -