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Cicatrices

Cicatrices

Mirad qué espléndida ha estado Ainhoa estos días en la playa.

Tras el (largo) paréntesis del proceso de elongación, el mar era una cita muy deseada (no quiso ir mientras llevaba los fijadores; le preocupaba que la arena entrase en las heridas) y no vean lo que ha disfrutado del agua fresquita y las playas del Cantábrico. Durante estos meses ha sido un gozo olvidar la silla de ruedas (aunque aún nos queda trabajo para que camine de forma correcta) y retomar en cierto modo una vida "normal" y más autónoma: campamento con sus amigos de Alpe, alguna caminata por la montaña y al final la playa.

La foto que encabeza este post ha sido elegida a idea.

Una de las cosas que me preocupaba a esta altura del proceso era la actitud que Ainhoa iba a tomar en relación a las llamativas cicatrices que "luce" en las piernas. Son tan evidentes, tan profundas, que inevitablemente la gente se fija en ellas con asombro (hasta, en algunos casos, con claro gesto de "repelús") así que temía que le diese reparo enseñarlas.

En general los niños/as con acondroplasia que se han sometido a la elongación no suelen ocultarlas pero existe algún caso de cierto rechazo; están en una edad complicada. Con ella teníamos además el antecedente del tiempo que estuvo con los fijadores porque entonces siempre llevaba las piernas tapadas. En su momento comentó que una compañera de clase se había espantado cuando vió parte del "aparataje" en un descuido y creo que no estaba por la labor de aguantar más aspavientos así que no tenía yo muy claro cómo le iban a sentar las nuevas miradas.

Bueno, pues afortunadamente le da igual.

Para mi alegría le faltó tiempo al inicio del verano para comprarse varios pantalones bien cortos y (crema protectora feroz mediante) va luciendo sus piernas rectas y "marcadas" más ufana que ni sé. No diría que como un triunfo, pero casi. Hasta la rehabilitadora del Hospital Infantil me lo hizo notar:

- Me alegra verla con esos pantalones cortos- me dijo por lo bajo cuando salíamos de la última cita.

A menudo es complicado saber cómo afectan a Ainhoa algunas actitudes de la gente. Desde que era bien pequeña tiende a "comerse" los feos que recibe y le cuesta reconocer abiertamente que algunas cosas le ofenden o le duelen (sobre todo si intuye que eso a mí también me va a afectar, tengo que tener cuidado con eso). 

Es verdad que, desde que terminaron los meses de dar vueltas para elongar (3 desde la intervención; la etapa verdaderamente dura y dolorosa del proceso), veíamos que ella estaba contenta con el resultado de su esfuerzo. Cuando en diciembre por fin le quitaron los fijadores ya no tuvimos duda; hubo que ir rápidamente a comprarle pantalones nuevos (sus piernas eran ahora 15 cm más largas) y era obvio que estaba tan satisfecha de tener acceso a lugares que antes no podía como de su nueva imagen en el espejo.

Pero quedaba la prueba de fuego: "lucir" esas cicatrices tan llamativas, enseñarlas abiertamente y parece que la prueba ha sido superada.

Tengo la sensación de que lo tenía más que asumido. Ella ya sabía que eran inevitables (antes de operarse ya conocía a gente que había pasado por ello) y también había visto que sus amigos no tenían reparo en enseñarlas, que era lo normal vaya y tengo que reconocer que esa actitud me tranquiliza, me admira. Todo es mucho más simple.

En cualquier caso quiero hacer notar que, efectivamente, hay miradas muy impertinentes y desagradables pero también otras con un tono mucho más amable que merece reconocer. Hay gente muy salada y como ejemplo una anécdota bien simpática que me contó ella misma. 

Por lo visto mientras jugaba en el agua había a su lado un muchacho, más o menos de su edad, haciendo un curso de surf. El chico no le debía quitar ojo y al final  no pudo más y le dijo mirándole las piernas:

- Oye, ¿pero qué te ha pasado?

- Que me han operado de las piernas-respondió Ainhoa con absoluta tranquilidad.

- Joder-contestó el chaval- ¿y encima de las dos a la vez?, ¡pues vaya putada!

Y cada uno siguió a su faena. Como si nada.

4 comentarios

María Martínez -

Me encanta Ainhoa, me encantas tuuuuuu!!!!! Poco más que añadir, os sentís orgullosas la una de la otra y es para estarlo!!!
Muackssss!!!!!

Inma Carfona -

Como soy ignorante en todo lo relativo a la acondroplasia, me dejó educar por ti y que bien he elegido! Ainhoa me encanta, por su naturalidad y por su esfuerzo. Me alegro de los 15 cm que le mejorarán el día a día, pero sobre todo me alegra la actitud hacia la vida, aquí estoy yo y soy así, ole! Enhorabuena Inma por la buena base que le has dado. Un beso

Izaskun Ast. -

Ser auténtica,aceptarse, , tener una actitud positiva para saltar todas las barreras que nos vamos encontrando en la vida , ser altruista , la gente más feliz es la que da y no la que recibe.
Estas son las claves para moverse por el mundo y vivir mejor. Tu hija es muy lista y las tiene. Te felicito por ello, y a Ainhoa más que otra cosa le doy las gracias por ser como es y por hacer que todos los que de una manera u otra la conocemos seamos mejores personas , por ser ejemplo para nosotros.

Julio y Pilar -

Todo un triunfo de esfuerzo y constancia. Nuestra más cordial enhorabuena.