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LaMima

Paraguas de domingo

Paraguas de domingo

Llueve casi sin pausa este fin de semana en Zaragoza. 

Tenía ganas de que terminase este verano fuera de sitio, así que los chaparrones y un molesto resfriado me han colocado, como quería, en otoño.

Esta mañana me he sorprendido mirando por la ventana y he recordado lo que me llamaba la atención, cuando vine aquí, ver a la gente pegada al cristal los días de lluvia. Para alguien recién llegado del norte, de los cielos eternamente grises y el xirimiri pelma, resultaba curiosa tanta expectación por unas gotas de agua.

Mi amatxu siempre ha contado que ellos, en Bizkaia, tenían dos paraguas: el de diario y otro, más majo, para los domingos. 

Ay, debo estar ya muy lejos; solo tengo uno y he descubierto que ahora yo también me quedo absorta viendo como la lluvia se desliza por mi ventana.

2 comentarios

laMima -

Rosa guapa, que bien has entendido mi nostalgia.
Muchos besos niña.

Rosa -

Yo también me quedo mirando la lluvia, Inma... muy curioso lo de los dos paraguas.
No sé porqué me has traído a la mente el "gallito del tiempo" que acostumrabran a poner mis abuelos sobre el mueble de la tele, era una figurita con forma de gallo que cambiaba de color cuando iba a llover... eso, las migas con chorizo y la "copa" de carbón con las castañas haciédose en una parrilla sobre las brasas. No sé porqué la lluvia siempre nos trae a la mente el pasado...
A mí no me gusta el frío, pero este año ya estaba echándolo de menos... eso sí, ahora que ya lo he saludado, no me importaría que volviera otra vez la primavera, jajaja.
Ah, para el resfriado, prueba el zumo de granada, a mí me ha sorprendido para bien.
¡¡Un bes!!
Rosa.