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LaMima

Eso de la silla de ruedas....

Eso de la silla de ruedas....

El sábado a mediodía nos pusimos la mar de contentos en casa viendo que reponían en la tele una de las series favoritas de Daniel (y mía) cuando era pequeño: Malcolm. Ya sé; desde luego se trata de una familia de lo más peculiar pero tengo que reconocer que nos encantaba. 

Vimos el primer episodio y ocurrió algo curioso.

En ese capítulo Lois, la mamá de Malcolm, le obliga a ir a la casa de unos vecinos para hacer amistad con su hijo, un niño discapacitado. Stevie va en silla de ruedas y además tiene un asma crónica que le hace hablar a golpes así que a Malcolm, en principio, no le hace mucha gracia la idea pero no tarda en comprobar que ambos tienen muchas cosas en común y se convierten ya en grandes amigos para toda la serie.

Mientras, la profesora de Malcolm descubre que tiene una inteligencia prodigiosa y lo propone para la clase de superdotados (a la que también acude Stevie). El pobre no quiere ni oir hablar del tema:

No mamá, por favor, no me hagas ir a la clase de los empollones. Yo no quiero ser diferente, bastante lo soy ya- protesta sin éxito.

Así que no le queda más remedio que ir con los "raros" lo cual implica convertirse en objetivo seguro de las mofas del "matón" del cole.

Cuando se produce el inevitable encontronazo con éste durante el recreo, Malcolm decide enfrentarse al chaval y aguantar una paliza que desvíe así la atención del resto de sus compañeros a su condición de "empollón". Sin embargo el choque tiene un resultado inesperado: quien acaba en el suelo (de forma voluntaria, todo hay que decirlo) es Stevie y el "matón" es abucheado por todos los chavales sin contemplaciones. "¡Había pegado a un "inválido!".

Daniel y yo nos reímos a gusto con la historia: entre los dos y casi sin buscarlo habían conseguido terminar con la impunidad de todo un jefe de patio, pero a Ainhoa no le hizo ninguna gracia.

- ¿Por qué os reís?, se ha caído de la silla. ¡No os riáis de la silla!

Desde que fuimos al congreso en octubre, observo en ella cierto reparo en hablar de la elongación. Yo pensaba que le había impresionado ver en Gijón a Lara y a Maddi con los fijadores pero he descubierto que en realidad no es eso lo que le asusta:

- Inma, yo no me quiero poner los "palitos" (se refiere a los fijadores de la elongación ósea)

- ¿Por qué?, ¿no decías que querías ser más alta?

- Es que no quiero ir en silla de ruedas. Si me pones los palitos iré con muletas pero no en silla de ruedas. No quiero.

Ver como Stevie caía al suelo con su silla, y a nosotros riendo la broma (el chaval lo hizo con el único fin de desprestigiar al matoncillo entre sus compañeros) no le gustó nada de nada y se encargó de hacérnoslo saber.

Por un motivo que no alcanzo a comprender la silla de ruedas se ha convertido en un objeto que no quiere tener cerca. Le digo que será solo un tiempo, que hay sillas chulísimas, que a veces los niños tienen que usarla si se rompen una pierna jugando...pero nada. No sé si le asusta, le repele o le avergüenza porque no consigo que me explique el motivo; se limita a decirme que no quiere saber nada de ese "chisme" y no la saco de ahí así que en esas estamos. 

Mientras no encuentre la verdadera razón de ese rechazo no voy a poder poner remedio. Al menos aún tengo tiempo para irla mentalizando.....

14 comentarios

pablo -

muy impactante la nota es una gran verdad hay acostumbrase a las sillas de ruedas y todo lo que esto trae aparejado, tengo un amigo que está en esta situación , saludos

Rosa -

A mí me has traído a la mente la época en que me pusieron en corsé. No era ya tan pequeña, tenía unos nueve años (nueve años muy "aniñados", pero nueve años al fin y al cabo), pero no podía evitar que me diera repelús... no sé explicarlo muy bien, no era miedo a que me hiciera daño, ni a que fuera incómodo, y tampoco a que me preguntaran o se notara bajo la ropa... simplemente, la "visión" de aquella "cosa" de plástico con forma de torso humano me daba mucho, mucho repelús... la primera vez que me lo enseñaron en la ortopedia lloré a moco tendido.
Luego cuando me lo pusieron vi que no era para tanto, si bien ya digo que lo que me daba miedo no era la incomodidad ni nada de eso, sino simplemente la imagen del aparato.
Lo cierto es que yo nunca me acostumbré del todo. Cuando lo tenía puesto me daba igual, pero cuando lo tenía quitado procuraba no mirarlo... no sé si habrá algo de eso en lo que le pasa a Ainhoa, pero aún es muy pequeña, espero que cuando sea mayor lo vaya superando.
Muchos besos.
Rosa.

Amparo -

Juan le pasa lo mismo, durante el añoq que a estado con los fijadores se a negado a salir de casa con la silla de ruedas, decia que le molestaba que la gente andara preguntandole, asi que solo salia lo extrictamente necesario y el resto del tiempo en casa, menos mal que tengo jardin y le podia dar el sol, no se por que es, si por que le prguntan o por que se sienten impotentes pero no les gusta. Asi que paciencia

laMima -

Falta de autonomía, vergüenza, rechazo a la compasión... de todo habrá.
El otro día la mamá de su amiga Celia (también con acondroplasia) me dijo que su hija estaba igual: "oye, si me operas que sea en verano. Yo no quiero ir al cole con silla de ruedas" le dice.
Nos falta tiempo así que iremos modelando la cosa pero me llama la atención ahora la coincidencia.
¡Que la fuerza nos acompañe!

Loreto -

He pensado sobre mi repelus a la silla..
Creo que estamos acostumbrados a ver la silla como algo definitivo,cuando alguien tiene un accidente o una operacion,lo normal es ir con muletas,pocas veces vemos por la calle a alguien en silla de forma temporal y seguro que los hay.

Besicos

Besicos

esther -

No se porque me parece que va a ser porque le de verguenza lo de ir en silla, tengo esa corazonada, pero vamos que con el caracter que tiene ella, no dudo en que esto se le pase pronto, dale tiempo. Besos

Loreto -

Buff,me he visto identificada con Ahinoa,en las trepecientas veces que me han operado de esta pata, solo una ,creo que en la tercera,consentí sentarme en una silla de ruedas y porque era la silla o no salir de la habitacion en unos dias,ni con la protesis,con muletas sí al fin del mundo,es yuyu..repelus...perdida de autonomia...no sé.Lo pensaré a ver si encuentro una explicacion racional que te pueda ayudar.

Besicos

Carmen -

Inma, recuerdo a Yago la primera vez que vio un niño en silla de ruedas y con fijadores....mamá dice...que se te vaya olvidando que a este que se llama Yago ni le ponen esas antenas en las piernas ni me subo en ninguna silla de ruedas y punto y se acabó.(te imaginas su cara de mala h...)
yo matándome a explicaciones agobiada....la mejor explicación.....lo primero que se te ocurra, seguramente que te la pedirá rosa y con brillamientos.

patri -

Pero si hasta a mi yaya Pili le da pol saco ir en la silla! Ya se lo dijo el médico: si no vemos nos ponemos gafas, y si no andamos... pues silla de ruedas!! Y creo que les cuesta más de lo que creemos... y para nosotras es la mejor solución, no? Proceso de adaptación, seguro.
Y anda que no me he reído yo con esa serie y con lo sobrada que es la madre, y los chicos... que no nos toque ninguno como esos, eh?
Besotes

Elena -

Hola wapa! mujer, es normal que sienta su rechazo (de momento)...forma parte de un duro proceso con buen final, pero duro proceso al fin y al cabo. Es pequeña pero clara, de eso no hay duda, je,je...dala tiempo.. no es fácil. Seguro q mas adelante encontráis un nexo de unión Ainhoa-silla de rueda-Inma...bss

mamadegemma -

Me ha impactado ese tema de la silla de ruedas. Tu niña se va haciendo mayor y sabe lo que le espera. Supongo que es muy difícil dxplicarle a una niña de 6 años que tendrá que ir en silla de ruedas un tiempo, que llevará unos elongadores en las piernas, etc.. y que es bueno para ella, . Ya madurará y se dará cuenta de que es una cosa buena, que le cambiará la vida para bien.Yo no estoy en vuestro mundo, mi caso es otro, y temo el momento en que mi hija se dé cuenta de que no es como los demás, que no puede con los aprendizajes.. que sus tareas son adaptadas...En fin, que me pongo muy negativa... Hay que plantar cara a los problemas y solucionarlos cuando se presenten.. No comparo vuestros casos con el mío, no tienen nada que ver. Seguro que Ainoha lo verá de otra forma cuando llegue el momento. De momento lo mejor es disfrutar de su infancia, y lo demás ya vendrá. Tienes una preciosidad de niña, modelo achuchable, como la mía.

Inde -

Chica, vete a saber... Dentro de cuatro días igual lo ve de otra forma, que con los chicos nunca se sabe.

María -

Hola Inma! Como siempre, tus post me hacen pensar un buen rato. El tema de la silla de ruedas... es todo un mundo. Tengo que reconocerme muy cerca de Ainhoa respecto a esto. Y me sabe mal. Desde que nació Martina tengo un sexto sentido y veo todas y cada una de las sillas que nos cruzamos por la calle o que bajan de un tren... me fijo en la edad de quien la lleva y si es un niño busco a sus amigos, me fijo si es capaz de llevarla solo... No sé, son los prejuicios, los miedos de siempre, qué rabia!
En el caso de Ainhoa yo la animaría a vivir la experiencia como el descubrimiento de algo nuevo, que solo durará un tiempo y básicamente será una ayuda para conseguir vuestro objetivo.
Te mando ánimos en el proceso y me gustaría que mi aliento estuviera menos lleno de temores. Como tú dices, hay que saber de dónde vienen para poder hacer algo positivo con ellos.
La serie no la conocía, a ver si algún día la veo...
Besos a todos!

PILI -

Todavía es pequeña, Inma...Una de las "razones" por las que Naiara se quiere operar es para "flipar y que flipen" con la silla en el cole, poder ir a toda pastilla y tocar la bocina para pedir paso (ya ha hecho las prácticas). Cuando sea un poco más mayor, ya verás cómo lo va entendiendo y cambia de opinión. No te agobies por eso ahora. Besos