LaMima |
![]() |
|
Fue en el primer viaje que hicimos a Gijón, en mayo de 2005. Ainhoa tenía entonces 7 meses y nosotros ya habíamos empezado a serenarnos un poco tras el golpe inicial del diagnóstico gracias a contactar con Alpe. Nada más conocerla en persona, Carmen nos citaba a cenar en su casa para conocer a Yago y a Nacho, su marido. Tras la sorpresa que me produjo la tremenda confianza y cariño que nos mostró con esa invitación, me asaltó el miedo: "demonios: como iba a reconocer en presencia de un chaval acondroplásico de doce años el dolor que sentía dentro porque mi hija fuese así, como él". Acudí pues a esa cita preocupada, pero me esperaba una sorpresa. Recuerdo como si fuese ahora la sonrisa con que nos recibió, sus ojos oscuros, la ternura con la que se dirigía a Ainhoa llamándola "bebetina" con su dulce acento asturiano y el orgullo con que nos mostró que ya había logrado caminar hacia atrás con soltura tras su elongación de tibias. Estuvo un rato con nosotros, se marchó a terminar los deberes, remoloneó para irse a dormir... como cualquier niño de su edad, claro, ¡como iba a ser de otra forma!. No hubo un solo instante en aquella cena que me sintiese violenta o incómoda, primero por Carmen y Nacho, pero sobre todo por Yago: él lo puso todo tan fácil desde el principio.. no había motivo para llorar, ni para lamentarse machaconamente: ¡imposible temer vivir con un niño así! Conocerlo me enseñó la importancia de continuar hacia delante, de seguir viviendo sin más. El, gracias a Carmen y a Nacho, vive como cualquier otro niño: el colegio, sus deportes, sus amigos (¡ay!, eso sí;conoce a mucha gente tan diferente...., esa es una riqueza que le ha dado su condición y que algún día, sin duda, sabrá valorar) aunque, desde luego, Yago es mucho más. Sabe lo que es sentirse casi siempre observado: es plenamente consciente de que, en cierto modo, no es como los otros. Ha superado con éxito el durísimo proceso de crecer 15 cm. pasando por un quirófano y ahora está en plena elongación de húmeros (hospitales, escayolas, silla de ruedas, aparatos, fisioterapia mucha fisioterapia ...) y todo esto no es nada fácil, y menos para un niño. Yago además es generoso, muy generoso: nos cede a su madre. Carmen vive por y para la gente con acondroplasia, doy fe de ello, y "compartir" mamá con tanta gente no debe ser plato de gusto, pero lo hace. Y me consta que orgulloso. No sé como se lo podremos pagar. Se que cuando salí de casa de Carmen aquel día me hice el firme propósito de conseguir que Ainhoa llegara a la edad de Yago con esa entereza, con esa determinación, con esa alegría, con ese corazón.... tengo que conseguirlo. Se me ocurre que seguramente no os estáis haciendo una idea exacta de lo que os estoy contando: lo mejor será que lo veáis con vuestros propios ojos. Os dejo aquí el enlace a un corto magnifico que Sandra Camps hizo a Yago durante su proceso de elongación de tibias. En algún ordenador puede llevar un rato cargarse pero creedme, merece la pena. Tened paciencia y esperad a verlo y escuchadle bien. Es la mejor forma de que entendáis de qué os estoy hablando. Pinchad aquí; YAGO Comentarios » Ir a formulario Fecha: 15/01/2007 18:54. Fecha: 15/01/2007 20:32. Fecha: 15/01/2007 21:42. Fecha: 15/01/2007 22:08. Fecha: 15/01/2007 23:54. Fecha: 16/01/2007 09:17. Fecha: 16/01/2007 11:22. Fecha: 16/01/2007 13:22. Autor: Marigui Fecha: 16/01/2007 22:04. Fecha: 17/01/2007 04:23. Fecha: 17/01/2007 09:18. Fecha: 17/01/2007 13:05. |
Blog creado con Blogia. Esta web utiliza cookies para adaptarse a tus preferencias y analítica web.
Blogia apoya a la Fundación Josep Carreras.